
La participación de personas ajenas al poblado ha superado con mucho el año pasado. Desde los payasos a los globos, la merienda y el paseo, la música y el pintarrajearse la cara... se vivió una tarde de alegría contagiosa. Los niños disfrutaron a tope y los adultos que les acompañábamos dimos por bien empleado los esfuerzos no siempre reconocidos por cercanos y lejanos a la hora de


Si por la mañana habíamos acudido a la Junta Municipal de Vallecas Villa a entregar a su presidente unos presentes formados por las basuras recogidas el día anterior; por la tarde el encuentro, la fiesta y las relaciones personales fueron lo que nos hizo, a unos y otros, más iguales. Pretendiendo ir uniendo nuestros caminos para conseguir que esa injusticia con que les tratamos sea, lo más pronto posible, material de estudio para historiadores de épocas pasadas.
También vuelvo a refrescar esa capacidad de intercaión que tenemos los seres humanos en "la fiesta". Si tanto saber y tanto técnico, fueramos capaces de jugar y bailar más con quienes pretendemos estar y trabajar, seguro que los resultyados de tanto sesudos programas de intervención serían más eficaces, reales y posibles.
Como decía esta mañana a algunos amigos, ayer tuve la sensación de que en la vida hay experiencias difíciles de contar. Al menos para quienes no tenemos mucha gracia poética. Os dejo estos retazos para que os



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