CATORCE KILOMETROS
14 kilómetros. Esa distancia separa la Puerta del Sol, punto neurálgico de Madrid, de la Cañada Real, que lleva más de 5 años sin luz. 14 kilómetros separan la costa europea de un continente empobrecido. 14 kilómetros: una distancia muy larga para quienes se ven obligados a recorrerla cada día. Con este blog pretendo visibilizar y rendir homenaje a todas esas personas que andan por los márgenes de la exclusión y la violencia.
lunes, 2 de junio de 2025
Palestina!!!
las Palabras ya no me llegan.
Esta tarde, frente a la sede PSOE en la calle Ferraz, convocados por esa fuerza que es la Acampada Universitaria por Palestina, nos hemos congregado para reclamar el fin inmediato del gobierno español con el Gobierno de Israel.
De ahí esas fotos: Concentración ante el PSOE en Ferraz
Después llegué a la Presentación de "Historias de Gaza" del periodista Mikel Ayestaran. Desde su conocimiento y vida en Israel, apuntaba un futuro oscuro: Israel no va a parar hasta hacer desaparecer Gaza. El dolor en el que existe quien ese pueblo habita, y aún no ha sido asesinado, es difícilmente imaginable.
domingo, 16 de marzo de 2025
Ah… ya sé…
Pero el desahogo tiene más que ver con el cura que nos ha recibido. Sinceramente -le conocí en ese momento- me ha parecido un buen hombre, desbordado por la situación. Cuando entró en “su” capilla, en el Tanatorio, vio que había unas cuantas mujeres troceando el pan con el que participaríamos todas en la comunión, así como una botella de vino sobre el altar. Varios de la comunidad -a la que pertenecía el finado y su mujer Toñí- revoloteando en torno a la mesa, preparando las canciones y lo que se utilizaría para la celebración.
Tuve la sensación de que no acababa de entender. De echo a una mujer la preguntó si el pan que estaban partiendo era ácimo. A otra la dijo que debía confesarse. A mi me invitó a revestirme con todas las ropas curiales, cuando me acerqué a pedirle una simple estola.
En fin que su forma de celebrar la Fe, poco o nada parecía tener que ver con otras formas, en la Iglesia, de celebrar la misma Fe.
Pensaba, entonces, en qué estrechez mental nos han inculcado en los seminarios para no entender que el pan y vino compartido en la mesa común, es sacramento del Cuerpo y Sangre de Jesús. Que todo aquello que separe, incluso las vestiduras, a los curas del pueblo no acabo de ver que esté en sintonía con el Jesús de los Evangelios. Que qué maravilla ver cómo el pueblo, hombres y mujeres, preparan la mesa de la comensalidad… Esa corresponsabilidad de todo el pueblo de Dios en el anuncio de la Buena Noticia y en la celebración de la Resurrección.
En fin, que cada vez doy más gracias al Dios de la Vida, conocido y compartido en la comunidad, por dejarme desbaratar y desclericalizar.
No sé qué habrá pensado este compañero cura. Al despedirme cuando comenzábamos la celebración -él me dijo que se marchaba- y decirle en que parroquia estoy… acertó a decir las palabras con las que doy titulo a este blog….
jueves, 6 de marzo de 2025
JI Gonzalez Faus, con cariño...
¡Que sensación de orfandad!
¡Se ha marchado -ha resucitado- José Ignacio González Faus!!
El pasado 15 de noviembre pasamos un rato juntos, una tarde de insólita primavera, en su despacho, casa donde vivía y de donde, como me dijo, casi ya no salía. Sus piernas no funcionaban. De hecho, en ese vetusto pasillo de la residencia jesuita de San Cugat, salió a recibirme y despedirme al ascensor y sus piernas casi no podían llegar. Eso sí, la cabeza lúcida, la mirada entrañable y su pensamiento locuaz, como siempre.
Conocí al Faus teólogo, en los años de seminario y me deslumbró. Su “humanidad
nueva” fue un aldabonazo a mi fe de carbonero con la que me manejaba al entrar
en el seminario. Su posterior “hombres de comunidad” nos trajo algún
problemilla en un seminario madrileño en plena vuelta al conservadurismo. Me
pareció un planteamiento que, aún hoy, tenemos que seguir profundizando
respecto a los Ministerios en la comunidad. Sobre todo, en una Iglesia donde
parece que hay tanto franco tirador. Y el tercer libro -para mi interés- del
Faus teólogo fue aquel “vicarios de Cristo” que me hizo entender que el asunto
de los pobres-empobrecidos no era una moda, cuanto elemento nuclear del
Evangelio y que así mismo fue entendido por algunos de los primero Padres de la
Iglesia. Sabiduría de la que apenas nos habían hablado en la formación del seminario,
más preocupada en la dogmática que en la Biblia y sus consecuencias. Además de
participar en algún seminario en Cristianismo y Justicia, todo lo que iba
conociendo de sus escritos lo leía. Me pareció no sólo acertado en su expresión
evangélica, sino también muy pedagógico para quienes no teníamos mucha cultura…
Se marcha un gran teólogo y sabio de nuestro tiempo.
Por aquellas fechas, a través de una amiga con la que comencé a aprender la
convivencia con chiquillos de la calle, tuve la oportunidad de conocerle
personalmente. Entonces fue, ya para siempre: Chalo. Siempre cercano y atento a
las circunstancias por las que he ido pasando. Siempre ocurrente en la lectura
de la realidad y siempre, siempre con la referencia explícita al Jesús de los
Evangelios y a sus vicarios: los pobres.
Y ahora, sin su presencia física, sin sus llamadas o correos haciéndote participe por la realidad de alguien, aquí o allá, que está sufriendo o pasándolo mal, tenemos que continuar.
Sus últimas miradas, imagino, habrán sido a ese pequeño bosque que rodeaba su despacho y, como él dijo, “un verdadero paraíso en medio de esta tierra que habitamos”. Esa naturaleza que le cautivo y acogió. Esa contemplación que le hizo escribir -y me debe llevar a vivir- desde la denuncia y la mirada comprometida para que “todo grito que no brote de un auténtico«silencio» (de una riqueza interior) podrá ser «político» pero no será profético”
Pues me quedo con esa enseñanza: ser político desde lo profético.
martes, 18 de febrero de 2025
fortaleza humana....
Más allá de los agradecimientos oportunos, por haber podido estudiar castellano y celebrar fiestas navideñas con nosotros, me ha llamado la atención su “confianza”…
Decían que la historia siempre la escriben los vencedores. Por eso, ellos esperan poder ser los que narren, antes que después, la victoria del pueblo Palestino sobre el genocidio y quienes lo provocan, por acción u omisión.
Una pareja joven con un horizonte alentador que, en medio del horror de las vidas asesinadas -ella con su familia aún en Palestina y él con los suyos en EEUU- en este genocidio, no dudan en que la historia volverá a dictar Justicia y que podrán volver a su tierra. No he atisbado ningún signo de rencor, violencia o partidismo terrorista. Más bien al contrario, deseando este tiempo de desgarro, dolor e impotencia como una oportunidad para crecer con sus hijas y seguir ampliando esa red de cariños y solidaridad que hemos comenzado a tejer…