miércoles, 25 de marzo de 2009

Luis Carlos Polanco Peralta

Titulo este blog de hoy con el nombre y los apellidos del último joven asesinado presuntamente por un guarda de seguridad en un recinto de ocio, aquí en Madrid. Es llamativo como el nombre identifica la importancia que tienen las cosas que a quien denomina le ocurren. Así lo ocurrido hace meses en otro centro de ocio, donde un joven de familia bien y apellido "famosillo" fue asesinado, tuvo una amplia difusión mediática. Tan importante debía ser el apellido que hasta, por vía urgente, nuestros diputados autonómicos debieron echar horas extras para reglamentar la profesión de los seguratas de estos lugares.

Sin embargo ya vemos que no todos los apellidos son iguales. Esto es, la Justicia no es igual para todos dependiendo de tus ancestros, color de piel, recursos económicos o influencia mediático social.

Ocurre lo mismo en otros lugares de nuestra geografía. Nos escribe Paula Domingo, esta pequeña mujer pero grande en misericordia y maestra en solidaridad, afincada hace muchos años en Ceuta. Y nos cuenta lo siguiente:

Hace unos días, (el 6 de marzo) una persona subsahariana muere al intentar pasar la alambrada. El inmigrante fue atrapado por los pinchos (concertinas de la alambrada). La concertina le abrió la vena y se desangró. Subsahariano, sin nombre, sin país reconocido, de unos 25 años. Nadie estaba allí para atenderlo, murió solo. Huyendo de la muerte en su país, se encontró de nuevo con ella.

Tenemos urgencia en nombrarnos. Somos herederos de una cultura donde el nombre decía el todo de la persona. Recordar los nombres es poder hacer memoria de aquellas personas que son significativas para nosotros, reconocerles como personas, venciendo esa inercia social que arrastra al olvido a tantos seres humanos a nuestro alrededor. El nombre de cada unos de nosotros es la oportunidad de reconocernos, de vincularnos, de tenernos presentes y, por lo tanto, poder cuidarnos.

Me viene a la memoria el pequeño Hamid, de doce años, encerrado en un centro de menores de Madrid que se suicidó el pasado mes de Enero. Su familia en Marruecos. Pobres de solemnidad. Tanto que hubo dificultades para repatriar el cadáver.

Luis Carlos, Hamid, subsahariano... nombres concretos de personas concretas que vienen buscando dignidad. A ellos que quizás no ocupen muchas líneas en los periódicos, ni minutos de radio o televisión, les debemos nuestro compromiso ético de luchar por una sociedad donde todos tengamos un nombre por el que ser reconocidos, respetados y valorados.

1 comentario:

  1. Parece que en la actualidad es más importante nombrar las cosas que a las personas. Se estudia como denominar empresas, negocios, y sitios con el fin de atraernos hacia ellos y hacerlos rentables.Nos aprendemos nombres dificilísimos que representan lo que hemos de consumir hoy, y no sabemos ni nos importa cómo se llama nuestro compañero, vecino o el trabajador que nos presta un servicio todos los dias. Como bien dices, el nombre nos acerca y nos vincula, nos humaniza y nos da un lugar allí donde estemos. Hace pocos dias muriò QUINTIN CABRERA, de quien se dijo que sus canciones eran mejores que un discurso político, y el tenia una canción, LOS OLVIDADOS, que es un homenaje a todos los que pasan desapercibidos por la vida, a los que nos pide que recordemos y agradezcamos:

    "Ellos han escrito en las paredes
    toda la historia de esta tierra y de sus días:
    la han sacado del hierro y la semilla;
    de cada huelga
    y desde cada herida.

    Han mantenido su confianza en el futuro
    contra la muerte y los calabozos.
    Han sufrido golpes y torturas
    Partiendo panes
    y esperanzas entre todos.

    Cada trozo de presente que pisamos,
    tiene mucho de la sangre, de los huesos,
    de aquellos que nos precedieron
    en el amor, la lucha
    y en el tiempo.

    Por eso reivindico la memoria
    de todos aquellos que cayeron
    y de quienes se ven arrinconados:
    los que no tienen nada porque
    todo lo dieron."
    Recordemos a los que han hecho posible que algunos tengamos un nombre identificado al menos por los que nos quieren y, especialmente a TODOS los que por su "nombre extranjero", "otra nacionalidad" o por "no tener apellido y reconocimiento social", pasan por la vida y mueren en el mas absoluto SILENCIO.Recordemos y sigamos trabajando para que sean mas importantes los nombres de las gentes que los de las cosas. TOÑI.

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