jueves, 1 de septiembre de 2016

mar adentro...

Han pasado tres meses sin escribir absolutamente nada en este blog. Seguramente la pereza y el cansancio se conjuraron para que no lo hiciese. O son, simplemente, excusas o justificaciones. Y no será porque entres meses no me ocurran cosas. Madre mía, es abrir una puerta o una ventana y la vida me asalta, muchas veces, pensando ingenuamente que poseo respuesta y soluciones… Y también es cierto que se me ocurren pequeñas cositas que ir escribiendo pero… me parecen tal nimiedades…
En fin aquí estoy, en este nuevo curso que comienza, con montón de ilusiones y expectativas a ir, colectivamente, construyendo. Es por eso que utilizo una de las muchísimas fotos que realicé este verano maravilloso en un entorno fantástico.
Minas "Victoria"
La vida puede ser bienvenida si, de vez en cuando, vamos vaciando toda la carga de prejuicios, dogmas y certezas con las que, la vida misma, nos va edificando.
De ahí estas vagonetas. Paradoja de lo que señalo. 
El óxido de la vida es necesario -imposición natural- para encarar el presente que nos lleva al futuro. La historia, cargada siempre de vida, nos soporta y alienta.
Por eso el título de la entrada, en estos comienzo, como dijo el Maestro "rema mar adentro...".


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