Toca a su fin el tiempo vacacional. Al menos para mi, con intermitencias, lo retomaré a mediados de Septiembre cuando acompañe a un joven de casa -junto a otros amigos y amigas- a visitar a su familia en Gambia después de más de 7 años sin verse. Pronóstico de emociones agudas.
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Faro de Santa Pola |
Durante unos días en la costa Alicantina me fui dando cuenta de la privatización a la que hemos llegado. Y de manera callada y silenciosa. No sólo que la costa mediterránea se ha "hormigonado y aladrillado" sino que muchas de estas mega-construcciones han privatizado el espacio, los terrenos públicos y hasta los accesos al mar. "La mar" que cantara Alberti ha quedado secuestrada por quienes interrumpen el libre acceso a la playa o acantilados espectaculares.
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juegos en el Gallinero |
Y la vida corre... y va que se las pela. Si parece que hace nada andábamos pensando dónde y cómo descansar en verano; ahora ya estamos pendientes de cómo encarar estos próximo meses. El terror de una guerra a las puertas de ese mediterráneo privatizado abre las carnes. No se podrá intentar "hasta agotarse" el diálogo? Tendrán los países civilizado-guerreros intereses no confesables en la existencia de guerras? Las imágenes de multitud de niños muertos parecen ya ni escandalizarnos. Tampoco esta mañana parecían llamar nuestra atención cómo las niñas -en ese campo de exclusión a las puerta del Madrid que pretende olimpismo- jugaban a construir su casa. Eso sí con la esperanza de que el ayuntamiento madrileño, "medalla de oro" en la carrera derribadora y especulativa contra los pobres y obreros, no convierta sus sueños en maderas destrozadas y suelo agujereado.
Sin embargo, como motor de esperanza y ejemplo de lucha seguimos expectantes a esa revolución ciudadana que esta suponiendo, estas últimas semanas, la lucha de la ciudadanía con el fin de salvar la casa de esas familias a quien el Ayuntamiento de Madrid quiere derribar en
Ofelia Nieto 29
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