Playa Daimús |
En estos días dieron tantos besos como afectos recibieron. Conocieron tanta gente como huella dejaron en otros corazones. La sonrisa intrépida y atrevida abrió muchos abrazos. Los besos "aspirados" supieron al mejor manjar. Las ropas continuamente cambiadas porque ininterrumpidamente se ensuciaban. Las comidas devoradas cual monstruo come niños... El agua siempre a mano, el cepillo de dientes, la ducha diaria, la crema hidratante, el colacado mañanero, las servilletas siempre a punto, el baño disponible, el agradecimiento asomando a cada paso.
Así pasaron los días y las vacaciones tocaban su fin.
La vuelta " a la realidad" se vuelve inexorable. El viaje al poblado, la pobreza y la miseria, se hacía difícil, muy difícil.
Llegó la despedida. Las lágrimas asomaron por todas las mejillas. Los pequeños que inundaron de alegría aquella casa, parecían dejar un hueco difícilmente irreemplazable. Y la pregunta, la pertinaz pregunta de los adultos, tornados infantiles entre sollozos y desconcierto: ¿no habremos creado castillos artificiales?
No, los castillos en la arena no son artifiales, ni los niños jugando en la playa, ni los besos y los abrazos compartidos. Artificiales son esas autoridades que consienten y perpetúan su pobreza, esas leyes insuficientes para proteger sus derechos, y la sociedad que les margina y criminaliza aunque sean niños. Tenemos q seguir luchando por los castillos en la arena. Amparo
ResponderEliminarInvitación - E
ResponderEliminarSoy brasileño.
Pasei acá leendo , y visitando su blog.
También tengo un, sólo que mucho más simple.
Estoy invitando a visitarme, y si es posible seguir juntos por ellos y con ellos. Siempre me gustó escribir, exponer y compartir mis ideas con las personas, independientemente de su clase Social, Creed Religiosa, Orientación Sexual, o la Etnicidad.
A mí, lo que es nuestro interés el intercambio de ideas, y, pensamientos.
Estoy ahí en mi Simpleton espacio, esperando.
Y yo ya estoy siguiendo tu blog.
Fortaleza, la Paz, Amistad y felicidad
para ti, un abrazo desde Brasil.
www.josemariacosta.com
Ni los besos, ni la comida, ni el baño, ni la ropa limpia, ni el mar, ni quienes les dedicaron tiempo y cariño... fueron artificiales. Bien lo saben los niños y los adultos que les acompañaron.
ResponderEliminarSon dos realidades por las que luchar para acercar en el día a día, y no en la distancia de un año, si se puede...
Ernesto Tendero