jueves, 13 de agosto de 2009

Estado de bien . . . estar?

Cuando se habla de los recursos que se destinan a la atención sanitaria algunos se escandalizan. Son tantas cifras de €uro, que a quienes seguimos traduciendo en pesetas para hacernos una idea, no nos llegan los ceros. Miles de millones invertimos todos en la Sanidad pública. Eso es cierto. Afortunadamente nuestro país no llega a los porcentajes americanos donde 30 millones de ciudadanos no tienen acceso a los recursos sanitarios públicos.
Siendo lo anterior verdad, no lo es menos las dificultades que pasamos aquellos ciudadanos que tenemos enfermedades, o vivimos con quienes las tienen, cuyos tratamientos farmacológicos, una vez realizados los descuentos oportunos, son una verdadera ruina. Uno de casa, en tratamiento de radio y quimioterapia, me comentaba el otro día que con lo que llevamos gastado en farmacia casi se podría dar de comer a una familia sencilla de cuatro miembros durante un mes. Ansiolíticos, cremas hidratantes, antibiótico previsor de úlceras, champús para la caída del pelo, protector estomacal, formula magistral... forman una banda de atraco a la economía familiar sin igual.
Pero claro, ahí viene la diferencia. Siendo verdad que las enfermedades tocan a ricos y a pobres y que los tratamientos siguen las mismas indicaciones para opulentos que para menesterosos, no es lo mismo los recursos económicos con los que la adversidad puede ser enfrentada.
Menos mal, siempre nos queda la confianza que esas familias "de las grandes fortunas" a quien también les tocarán determinadas enfermedades recapaciten, compartan y dejen de engrosar sus insultantes cuentas bancarias exigiendo a los responsables políticos que los accesos a productos farmacológicos sean realmente posible.

3 comentarios:

  1. Gran esperanza sobre los responsables políticos si no fuera por los miles de millones que se gastan al año las compañías farmaceúticas en financiar las campañas de dichos políticos y porque en nuestros sistemas sociales resulta mas sencillo poner precio a la vida , a la calidad de vida, que a la fabricación de un misil tierra-aire.
    Precisamente, mientras la empresa Novartis dice tener tres productos "potencialmente generadores de ventas multimillonarias entre sus fármacos para combatir el cáncer", en 2008 el sistema de salud británico dejaba de facilitar a enfermos de cáncer de riñón cuatro medicamentos que podian alargar su vida,con el argumento de que resultan demasiado caros. Un director de organismo público dice: "Aunque estos fármacos son clínicamente eficaces, lamentablemente en términos de costes no pueden ser asumidos por los recursos del NHS."
    He estado en Escocia hace unos dias, y alli parecen anunciar que los enfermos de cáncer van a recibir sus medicamentos de forma gratuita; Gales ya lo hace y parece que quieren generalizarlo en toda Inglaterra. Solución: compra masiva de medicamentos y uso de genéricos mas baratos.
    Nosotros, estamos a punto de perder un sistema sanitario que estaba muy bien valorado en aras de la privatización y el beneficio privado. Asi como perderemos, de no impedirlo pronto, su carácter universal, gratuito y solidario.
    En el libro "los nuevos amos del mundo" de J.Ziegler, éste nos dice: "Hoy en día la miseria de los humildes aumenta la arrogancia de los poderosos que se hace insoportable... Escribiendo, quiero contribuir a deslegitimar la glorificación de los señores.
    El depredador es la figura central del mercado capitalista globalizado, su codicia es el motor. Acumula dinero, destruye el Estado, devasta la naturaleza y los seres humanos y pudre por la corrupción a los agentes de los cuales tiene necesidad entre los pueblos que domina.Mantiene sobre la tierra los paraísos fiscales reservados para su uso exclusivo. Fieles mercenarios y eficaces servidores de las órdenes de los depredadores son los bomberos pirómanos del Fondo Monetario Internacional, los fanáticos seguidores del Banco Mundial y los de la Organización Mundial de Comercio.
    Frente al Estado que agoniza ¿dónde se encuentra el sujeto colectivo que restaurará la exigencia del bien público y restablecerá los derechos de hombres y mujeres humillados?... Nuestra esperanza es la solidaridad."
    Eso creo también, porque, como dijo Bernanos,
    "Dios no tiene más manos que las nuestras."

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  2. Dicen los que saben de esto, que el hombre primitivo, vivía en una sociedad bastante igualitaria. Vivian en grupos, cazaban, compartían los alimentos, y se protegían mutuamente, de sus potenciales enemigos. Todo fue de perlas, hasta que a esta gente les dio por sembrar, que si unas frutas por aquí unas lechugas por allá; y ahí empezó todo. Un mal día resulto que unos obtuvieron mejor cosecha que otros, y mientras estos últimos no tenían para comer los primeros tenían lo que ahora llamamos “un exceso de Stock´s”.
    E l ser humano al que la fortuna, su buen hacer o las lluvias de ese año, vete tú a saber le habían favorecido, aprendió que si controlaba lo que otros necesitan para sobrevivir y ejemplo claro era la comida; tenía poder sobre el resto del grupo y nadie podía decidir qué es lo que era mejor para él. En definitivas cuentas, le daba capacidad de elección, libertad y seguridad. Bien es cierto que quizás la libertad y la supervivencia del grupo en su conjunto se viese mermada, pero que le vamos a hacer. Ahora el grupo se limitaba a su familia. Lo importante era que ya no tendría que preguntarse qué iba a pasar mañana, y para rematar la faena era él, el que marcaba las prioridades de los demás.
    Dicen los que saben que esto ocurría hace cientos de miles de años.
    En el 71 a. c. Los esclavos del imperio se rebelaron contra Roma. Pues bien, cuando tenían vencido al ejercito romano y a su alcance la posibilidad de salir de sus dominios y encontrar la libertad; decidieron regresar hacía el sur y seguir peleando. Su anhelo no era convertirse en hombres libres sino en ciudadanos romanos libres. Lo que querían era ser como sus amos. Realmente buscaban ser ellos los señores y convertir a sus anteriores dominadores en sus esclavos.
    No es que se me haya ido la pinza, contando batallitas – que a veces se me va -, es que, valgan estos dos ejemplos como demostración, de que el hombre aprendió hace mucho que el poder sobre los demás, le daba seguridad, e incluso le hace sentirse bien y es evidente que ni lo ha olvidado ni hay intención. Esta dispuesto a renunciar incluso a su libertad por conseguirlo. Este sentimiento es parte de la condición humana, y siempre lo seguirá siendo.
    Por lo anterior me resulta extraño que tengas esperanzas de que esas “grandes fortunas” recapaciten. Ni lo hacen, ni lo van a hacer nunca.
    En cualquier caso lo que hacen las “grandes fortunas” nos debe afectar para que esa inquietud nos haga estar alerta, pero no preocupar en exceso. Si nos convencemos de que realmente somos capaces de ser solidarios entre nosotros, de ayudarnos los unos a los otros de ampliar nuestros círculos de afecto y de confianza, más allá de nuestros parientes de “sangre”; estaremos librando la batalla, por la dignidad y la vida como verdaderos seres humanos. Y a las “grandes familias”, como tu las llamas…que les den.

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  3. De acuerdo contigo, amigo A, salvo en lo de que no debemos preocuparnos en exceso. Nosotros debemos seguir librando la batalla, como bien dices, y continuamente, porque en cuanto bajes la guardia, te introducen en el sistema que ni nos damos cuenta. No olvides que dentro de cada uno de nosotros está lo que ya hace tiempo E. Fromm llamó "miedo a la libertad". Eso si debe ser parte de nuestro carácter, y él decía que ese miedo a la libertad facilita los fascismos. Ya en su época decia que el hombre sufria memos por ser pobre que por el hecho de haberse convertido en un autómata, de haber vaciado su vida de sentido. Por eso, efectivamente, a las grandes familias, fortunas, poderes y burócratas, que les den.... pero para ello hay que asumir compromisos.

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