viernes, 20 de marzo de 2009

Casi todo está en jugar


El día de ayer fue soleado y casi veraniego en todos los lugares. Una vez más la vida cotidiana antecede incluso a la naturaleza organizada que marca, para mañana día 21, el comienzo de la primavera.
Es curioso como muchos medios de comunicación ofrecen instantáneas de grandes urbes, al menos esta madrileña, donde los ciudadanos -que lo hacemos todo a tropel- hemos abandonado la ciudad, tumbado junto a los lagos existentes y apisonado el césped que con tanto esmero se cuida en los parques.
Pues hoy quiero hablar del juego.
En una sociedad tan electrificada y tecnificada como la actual, hay ocasiones en las que parece que los juegos "de toda la vida", "simples" o "comunitarios" no tienen cabida. Pues no es así.
Lo dicho, en un día de campo magnífico, pertrechados de la bota de vino, paseito campestre y ropas olientes al humo de la chuletada... hemos sido capaces, catorce personas, de pasar la tarde jugando con una pelota y dos paletas.
Escribientes, licenciados, jóvenes, niñas, hombres y mujeres, atletas y fondosos... todos juntos jugando alrededor de una mesa. El milagro: ganas, dos paleta y una bolita. Descubro cómo el juego es capaz de provocar simetrías que otras intervenciones técnicas y planificadas tienen tan difícil de avivar. Las personas tenemos ciertos subterfugios esplendidos de originar relaciones de complicidad cuando se trata de disfrutar y no competir. Emergen conductas "salvadoras" -para que no se elimine al contrincante- cuando a través del juego impera pasar un rato juntos y no machacar al contrincante porque, estos, no existen.
En fin, jugar juntos para disfrutar, crecer, vincularnos, rozarnos y achucharnos es una experiencia vital que recomiendo a todos aquellos que tengan en sus manos cualquier tipo de relación educativa, familiar o social que le importe o interese.
El juego así, simple, espontáneo, sin competitividad nos proporciona una cantidad de afectos y efectos que, más allá del sol pegado a nuestra piel, es difícil con el tiempo de olvidar.

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