martes, 12 de mayo de 2009

Varas de medir

Me sorprende enormemente la capacidad que tienen los medios de comunicación de criminalizar o santificar -con la misma frivolidad- personas y situaciones.

Escucho, con estupor, a media mañana la noticia del fatal desenlace de la vida del cantautor Antonio Vega. El relato de su vida, deteriorada por el consumo de drogas, es de un tono angelical estremecedor. Y, quede claro de ante mano, que no tengo nada contra él. Todo en él fueron desdichas. Hasta la muerte de Marga, su compañera, es relatada como la víctima propiciatoria de un mal que le ha atrapado. Se cuenta de él, que era víctima de las drogas. Y estando de acuerdo, no puedo menos que sorprenderme ante los juicios que se vierten sobre otros usuarios de drogas no famosos o cercanos a los tertulianos.

Si a estos se les "disculpa" su debilidad en la adicción, a nuestros chavales se les criminaliza y exorciza por haber caído en las manos del maligno. Si el primero es salvable en su memoria musicalizada, a los segundos se les quiere perder cuanto antes de vista y recuerdo. Como dice en su emblemática canción Chica de Ayer "con tu corazón estás llorando otra vez".

También me quedo perplejo por la campaña del PSOE madrileño en el Ayuntamiento de Madrid. http://www.elmundo.es/elmundo/2009/05/11/madrid/1242031335.html Asombra la preocupación por la cantidad de niños rumanos que se tienen que buscar la vida en los semáforos de la capital. ¿Es que no conocen el gallinero? ¿se han opuesto a los derribos de la cañada? ¿han dicho algo acerca del colegio de segregación creado por la Comunidad con la anuencia de la mega-oenege Cruz Roja? ¿están de acuerdo en las directrices del fiscal Moix respecto a la dureza para con los menores? ¿han comentado estas situaciones al “desvelado” defensor del menor de Madrid, cuando pasó por Cañada? ¿tienen conocimiento del tipo de intervenciones policiales en cañada y gallinero? ¿les consta las condiciones de crianza de los pequeños? ¿saben algo de las tasas de paro en esta comunidad?

Lo dicho, nos asaltan profundamente ciertas preocupaciones que tienen algunos en derrochar bendiciones y maldiciones a diestro y siniestro.

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