lunes, 30 de diciembre de 2024

se me olvidó el amor...

 

Terminamos el año. El frío de la tarde que cae no es, precisamente, la que nos deja helado el aliento. Estamos en Usera, el barrio donde esta madrugada ha sido asesinada una muchacha de 29 años. Cuando las ideologías, las noticias o las negaciones cobran rostro, lugar, contexto, familiaridad… el horror es aún, si cabe, mayor.

Quiero agarrarme a la esperanza, pero seguramente este año -me temo que el primero de ellos- será la salida de esa carrera necesaria para que, precisamente, el creer en la humanidad siga siendo posible.

Hay tanta violencia a nuestro alrededor que el villancico que estos días hemos entonado se queda trasnochado, caducado: “noche de paz, noche de amor…”.
Las amigas de esta joven asesinada no eran capaces de articular palabra. Cuando el dolor es inmenso sólo las lágrimas parecen hacerse hueco en la existencia humana. Quienes nos encontramos en ese pequeño gesto solidario chillamos -ya está bien de silencio, nos animan desde quien convoca-, y van surgiendo lemas contra el patriarcado, contra las Administraciones que -más allá de leyes- no proveen recursos de acogida…
Este año 2024 que finalizamos ha soportado más de 40 mujeres asesinadas por violencia machista. Miles de hermanos en la ruta canaria. Más de 40000 asesinados en el genocidio palestino… como canta Vicente Feliu: “se me olvidó el amor…”
Pues deseo un 2025 donde los trastornos no nos hagan olvidar lo fundamental: el AMOR”.

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