jueves, 19 de octubre de 2023

desacralizar!¡

 

Vuelvo a leer la palabra que titula este desahogo.


Hacía mucho tiempo, desde aquel 2006, en que el vicario de Vallecas de entonces me admonitó (¿amenazó?) con que nuestro templo de San Carlos Borromeo quedaría "desacralizado" si seguíamos en el empeño de celebrar la fiesta popular de los carnavales. Fiesta que lógicamente celebramos.
Desde entonces la de acontecimientos que hemos vivido en ese espacio desacralizado. Muchas veces lo he pensado. Cómo se puede, teniendo el Evangelio en nuestro horizonte, hablar de espacios sagrados. Sólo es sagrada la Naturaleza y quienes la habitamos. En estos tiempos, por ahí ha pasado de todo y todo tipo de personas. Eso sí, teniendo un lugar especial y destacado nuestras celebraciones dominicales en torno a la mesa del Señor Jesús.
Es un espacio físico, el de San Carlos Borromeo, pequeño y precario. Y en él, sin embargo, acontece mucha Vida. Esta misma mañana convivían los arqueólogos que están excavando junto al templo y sus colegas fotógrafos documentando lo hallado, con las clases de español para migrantes, con la acogida social en los despachos y revoloteando sobre todo, dos familias acogidas que la Administración pública mantiene en la calle al no darles albergue y ser una obra titánica conseguir cita para formalizar la solicitud de Asilo.
Es por esto que generosamente se han bajado al espacio "desacralizado" donde duermen, hacen deberes los pequeños y hoy han tenido que comer, a los pies del Palestino, porque no había otro sitio libre.

Y me vino aquella admonición del vicario. Y como han pasado los años y ya está viejito y no le guardo rencor, he pensado: ¡que cosa más sagrada que dos familias que “no tienen donde reclinar la cabeza” compartan la comida a los pies del crucificado!. Y creo que este es el ágape del que nos habló el tal Jesús…

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