Cada vez más, las banderas, se van convirtiendo en símbolos estrambóticos.
Me sorprende la pleitesía que se rinde a ellas y, sin embargo, vivimos tiempos en que su presencia indignifica lo que quieren representar.
Mi devoción por las banderas es inversamente proporcional a la manipulación que de ellas se hace. No creo en ellas, me siento agredido. O las banderas simbolizan que "todos y todas" tenemos cobijo en los territorios y espacios que representan o simplemente me parecen una burda manipulación.
14 kilómetros marcan la distancia entre la exclusión y la inclusión. Esa distancia separa la Puerta del Sol, punto neurálgico de Madrid, de la Cañada Real Galiana. 14 kilómetros separan la costa europea de un continente empobrecido. Catorce kilómetros: una distancia muy larga para quienes se ven obligados a recorrerla cada día. Con este blog pretendo visibilizar y rendir homenaje a todas esas personas que peregrinan cada día por los márgenes de la exclusión.
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