Los gestos son imágenes que evocan realidades mayores que la propia señal. El mundo está plagado de acontecimientos que pudieran no tener ningún significado si los descontextualizamos. Así la imagen de unas preadolescentes pintándose las uñas no tiene porqué ocupar más atención que la pasada rápida e inerte de nuestra vista.
Sin embargo el gesto de estas criaturas tiene una carga simbólica tremenda.
Sabemos cuánto supone, en el lugar de residencia de estas criaturas, mantener limpias las manos? Nos podemos hacer una idea del esfuerzo suplementario que supone lavarse la cara y las manos, cada mañana, para ir al colegio? La "ruptura" con la tradición que supone ser mujer femenina en un lugar donde prima lo masculino y varonil?
Hay gestos que rasgan. Que evocan dignidad, cuidado, belleza... Eso me pasó esta mañana en el poblado del Gallinero cuando atisbé lo que estas pequeñas hacían.
14 kilómetros marcan la distancia entre la exclusión y la inclusión. Esa distancia separa la Puerta del Sol, punto neurálgico de Madrid, de la Cañada Real Galiana. 14 kilómetros separan la costa europea de un continente empobrecido. Catorce kilómetros: una distancia muy larga para quienes se ven obligados a recorrerla cada día. Con este blog pretendo visibilizar y rendir homenaje a todas esas personas que peregrinan cada día por los márgenes de la exclusión.
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