La invitación partió de la Union Progresista de Fiscales con el fin de exponer la colección de fotografías "vida en los bordes" y contarles quién habitan dicho poblado de rumanos rom en Madrid. Además tuve el privilegio de acompañar a Helena y Montse que recogieron el premio de dicha entidad al colectivo de apoyo a las personas migrantes "ca-minando fronteras".
En medio de dichas jornadas me asaltó continuamente el sobresalto que produce compartir espacios y formas que no son los nuestros. Ni el lenguaje jurídico, ni los buenos restaurantes... ni si quiera en muchas ocasiones las finas formas o modales son lugares comunes entre ellos y nosotros. Ellos muchas veces embutidos en sus puñetas que son causa o efecto del desconocimiento que pueden tener de la exclusión social. Sólo visto esta como elementos delincuenciales o agresores del sistema sobre quienes tienen que hacer caer "todo el peso de la ley". Y nosotros, desde nuestros ritmos, urgencias y dramas... dificultados para acercarnos al diálogo e intento de hacerles comprender el porqué de muchas formas de funcionar y vivir en la exclusión.
Es evidente la necesidad de interlocutar con toda la sociedad. Sólo el encuentro con los otros, sin más prevención que el intento de ponernos en su lugar, hará posible que vayamos -cada uno desde su espacio y lenguaje- encontrando caminos de encuentro y de luchas comunes para ir alumbrando una sociedad más justa y donde los Derechos Humanos no sean una quimera.
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