viernes, 13 de septiembre de 2013

a Gambia...

Logroño
Mañana marcho a Gambia. Además de ilusión por pisar tierra en África -sagrada tierra-, la compañía -grupo de 11 amigos- y la ilusión por encontrarme con la familia de un joven gambiano que lleva viviendo en casa más de cuatro años, tengo unas expectativas considerables.
No conozco nada. Lo que he leído o me cuentan, lógicamente, está traspasado por la visión del narrador. Importante pero subjetiva.
Siento un territorio inmenso, lleno de color y vida. Donde -como en muchas ocasiones que nos acercamos a espacios o personas empobrecidas- creemos estar tocados del saber y entender. Llegamos con montón de respuestas, dificultando grandemente que la realidad nos abrace, acoja y desbarate.
Con África, en la pequeña Gambia, suele ocurrir lo que en tantos juegos de azar: dependiendo del color de la ficha o el número del cubo así será nuestra suerte para toda la existencia.
Ya contaré qué me encuentro y cómo respondo a ello. Espero que ese dado del azar, con la solidaridad y el conocimiento, vaya empequeñeciéndose hasta relucir la justicia y la equidad. Que el azar se torne en azahar...

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