jueves, 28 de febrero de 2013

¡nieva!

Cárcel de Soto del Real
Desde la tranquilidad de una ventana se ve la nieve caer y parece más un delicado baile, en su descenso a los suelos, que una precipitación violenta y destructiva. Es como el silencio. Los hay gustosos, donde eres capaz de entrar en ti, contemplar la realidad o descubrir esos reveses de la vida. Pero también los hay estériles. Esos silencios impuestos, esa falta de sonido que no da paz, pero sí produce embargo, miedo, desolación.
El viento mece, al otro lado de la ventana, los grumos de agua que van componiendo un mosaico diferente, extraño a nuestra cotidianidad.
Sin embargo, nos ocurre habitualmente, siempre hay una realidad en medio de la que estamos, que rompe esa candidez silenciosa de ver los copos descender hacia el suelo.
Esta mañana, en la cárcel, donde el silencio es ruidoso y el mutismo de lo humano parece agigantarse, los copos de nieve caen a plomo, violentando la esperanza, deshaciendo la inminente primavera, separando lo posible de ese infinito pertrechado de frío, soledad y angustia.

1 comentario:

  1. Me gusta esta forma poética y cadenciosa de hablar (de la esclavitud) del silencio.
    No toda la belleza se percibe igual si la realidad que vivimos está "presa".
    La cárcel del alma es aún más dura!.Las dos juntas, saben a hiel.
    Cae la nieve y ...damos vuelta alrededor de nuestra propia sombra.
    Saludos

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