calle Arenal |
Sus delicadas manos, alzadas hacia el infinito, con la fuerza que da la seguridad de sentirse juntos en un mismo fin acababan rompiendo las burbujas tan lindas y grandes.
Puede ser una paradoja del momento que vivimos.
En este momento la crisis no sólo inmobiliaria sino: económica, política, religiosa, moral... enseña en ocasiones sus garras en forma de apatía, cansancio o desesperación. Y razones para estas no faltan.
Sin embargo, como ese grupo de niños, el afán por sobrevivir, por dignificar y recuperar la alegría hace que, juntos, seamos capaces de romper tantas burbujas de dolor, injusticia y corrupción.
Como esos "manojillos de pulsiones" -los niños y niñas- que lograban romper esas burbujas con sus manitas levantadas al cielo, nosotros -grandes, pequeños, hombres, mujeres...- podemos unir nuestras vidas en ese empeño común: dignificar la existencia de quienes la tienen en entredicho por culpa de capitalismo instaurado en nuestro mundo.
Esas manitas que van "tocando"las desigualdades ya desde pequeños,son el principio de una nueva visión hacia el futuro .
ResponderEliminarEs tan inmoral manipular la esencia del ser humano ,su dignidad como personas que la angustia,la rabia se mete en el corazón haciéndole latir más aprisa.
La común -unión es la manera de ayudar a los desfavorecidos.Por eso,en todo lo que podamos,seamos solidarios y gritemos a los oidos que no quieren escuchar.
Quién puede ser capaz de empujar a un anciano para que salga de su casa?
Un saludo de cercanía y ADELANTE!!!
Gó(Gloria)