sábado, 2 de febrero de 2013

Entre Otman y Alexa

Ávila
Llevo unos días que tengo un sentimiento parecido a la fotografía de la izquierda. Vivo a mi alrededor circunstancias que diferencian, extrañan y acrecienta la diferencia como algo agresivo a uno mismo. Como si todos fuéramos  sencillamente, responsables de nuestra distinción  Cuando, esta, viene dada por multitud de circunstancias de las que nos somos ni individual ni colectivamente responsables: haber nacido en un país rico, pertenecer a una familia con sensibilidad musical, saber amar...
Hay multitud de "rejas" que nos dificultan notablemente vivir como seres humanos hermanados, necesitados -para existir- unos de otros. 
Así el fiscal es insensible -como la verja- a las necesidades de un menor herido en un atropello en alta mar. El policía de la puerta de la comisaría, en la T4, no tiene ninguna empatía con la madre cuya hijita de 5 años está retenida en dicha comisaría. El trabajador social se ha blindado ante la escucha atenta de tanto drama. El cura, hay el cura, está tan encerrado en sus miedos que pretende nos se cruce su mirada con quien le reclama.
Menos mal que, aunque en ocasiones cortados y amenazados como esas ramas ensortijadas, todos estos desmanes deshumanizadores se mezclan con multitud de ciudadanos y ciudadanas preocupados y ocupados en la suerte de los otros.
Llegará la primavera y seguramente  aunque la verja siga ahí inmóvil y fría, las hojas y flores de esta aparente rama seca dará su fruto y abundante. ¡¡Espero!!

2 comentarios:

  1. ¡Vaya que sí hay vida que crece! La está impulsando gente concreta, pequeña, dispuesta a sumar y sumarse con otros y otras que creen posible el cambio pequeño que hace tambalearse la gran maquinaria en la que estamos metidos. Lo que puede hacer la arenilla en un motor...
    Gracias, Javier. Ha sido una gozada tu presencia en Alcalá.

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  2. Claro que si !! Las flores creceran como ya las hacéis crecer todas las personas que militàis por la Vida y contra todas esas verjas grises de las que hablas. Un abrazo desde Nouakchott (Mauritania)y gracias por seguir al lado de lo "ultimos". PD: Seguro que esa pequeña hondureña vio suavizada la tortura institucional, en Barajas, gracias a vuestra presencia. Aperta forte !!!

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