miércoles, 2 de mayo de 2012

primero de mayo

Sin muchas ganas iniciales, participé esta mañana en la manifestación del primero de Mayo. Las llamadas de amigos preguntando "¿dónde hemos quedado?" y sobre todo el argumento certero y concreto de Sara -una de las madres- "no podemos perder la oportunidad de salir a la calle en estos momentos", me hicieron cambiar la previsión inicial.
Manifestación 1 de Mayo
Ahí que fuimos. Quizás la cantidad de personas no era tan numerosa como en otras ocasiones. No importa, como estaba el helicóptero policial de moda en este último año, es seguro que las cifras volverán a ser motivo de enfrentamiento entre unos y otros.
Más allá de estas, y de los claroscuros y chubascos que acompañaron la marcha, la sensación que me pareció advertir era un tanto confusa. Por una lado miedo a los anuncios futuros. Pretenden convertir los próximos viernes en viernes de dolores con recortes y recortes sobre los sectores sociales más vulnerables. Otros de indignación por las cifras de parados y las consecuencias de estas sobre muchos de nuestros amigos y vecinos. Y otros optimistas respecto a las movilizaciones anunciadas que, dicen, cambiarán el rumbo de las decisiones políticas. La verdad es que no acabo de sentirme encajado en ninguna de estas sensaciones. Comparto partes de todas.
Sol Preparativos fiesta 2 de Mayo
Si bien es verdad que no tenía intención de asistir, el delicado momento que estamos viviendo me animó a estar presente. Creo que tenemos que seguir presentes en la calle. Porque esta, en contra de lo que afirmó el fascista Fraga -y ahora refrescan muchos de sus discípulos- es de los ciudadanos. De todos, pero del pueblo quien habitualmente la transita y disfruta. Es curioso !!y aterrador¡¡ el empeño que tienen los poderosos en hurtar el espacio público para sus negocios y autobombos. Para estos no hay problemas de circulación, seguridad o incordio a la ciudadanía. Sin embargo, cuando la calle se toma para reclamar justicia, declamar que ya está bien de tanto chorizo o en solidaridad con los excluidos entonces, ahí sí, se reclama la utilización del espacio para todos.
Además de la reclamación del espacio, de la calle, también se escucharon -y alzamos la voz- gritos en contra de toda esa serie de medidas económicas y fiscales que están tomando -recortes- que agravan más si cabe la situación de pobreza y desesperación de gran parte de la ciudadanía. Es verdad que muchas de las siglas u organizaciones sindicales con quienes caminábamos no representan, a mi entender, aquello por lo que debemos luchar. Es más "de aquellos polvos estos barros" se ha convertido en una de las contradicciones mayores a las que tenemos que asistir. El circo político está servido. Políticos que han pasado a la oposición ven ahora con malos ojos algunas de las medidas económicas puestas en práctica.
Creo que es fundamental recuperar la calle, decir a los políticos que ya está bien de tanto mamoneo, reivindicar con responsabilidad nuestro derecho a decidir y organizarnos. Alejar de nuestro imaginario la represión, persecución y criminalización a la que pretenden llevarnos los actuales responsables políticos. Quizás, como ya tantos advirtieron en la historia pasada, es momento de no callar. De entorpecer la rueda del capital que destroza tanta vida. De "aguar",  como decía Sampedro, la fiesta de los ricos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario