Nos lo imaginábamos. Nos lo dijo la misma mujer que esta mañana, cuando estábamos en la puerta principal del Ayuntamiento de Madrid intentando visibilizar ante la ciudadanía y avergonzar a los políticos por el mantenimiento de la suciedad y rata en el Gallinero, que se esperaba al Real Madrid. Claro, el festejo periodístico no era por nuestra presencia. No claro, los importantes son los de siempre, los superimportantes, supermillonarios, superprivilegiados, super.... mierda, coño, vaya mierda.Como nos advirtió la anónima mujer: "váyanse ustedes a la puerta de la calle Alcalá, que ahí hay prensa", fue cierto que hubo prensa. Y policía, mucha (no muchísima) policía. Flanqueando a los ricos e impidiendo, de todas las maneras posibles, que los otros ciudadanos, aquellos que no contamos, pudiéramos dejarnos ver, con nuestros carteles, nuestros gritos, nuestra indignación. Como siempre la seguridad al servicio de los ricos. La
represión al servicio de los políticos y su cohorte de admiradores y
lameculos.Y la llegada. Que barbaridad, que despliegue. Dos autocares (los directivos primero, los jugadores detrás), tres furgonetas de la policía nacional, una ambulancia del samur, más de 10 motoristas abriendo paso, plazas cortadas, aceras cerradas, transeúntes y turistas secuestrados al servicio de la seguridad de los prepotentes que es la muerte de los impotentes. Imagino que todo a costa del erario público...
Nos dijeron que después marchaban a la catedral. Como siempre mi torpe ingenuidad me hizo pensar que no era para tanto. Pero no es así. Efectivamente, nos cuenta la
prensa digital, que ahí estuvieron a ofrecer no sé el qué a no sé quién. Que vergüenza. Pero cómo es capaz el Cardenal Rouco de manipular de esta manera expresiones religiosas tan antiguas. dicen que tanto como la propia ciudad de Madrid. Así el cardenal bendiciendo, vitoreando, aplaudiendo, acogiendo a quienes representan, al menos esta mañana claramente para mí, un verdadero atentado a la ética humana y -más doloroso aún si cabe- a la misericordia cristiana.
No podemos seguir consintiendo estos atentados a la dignidad. La dignidad que, horas mas tarde, entre ratas y calores, volvía a ser violentada por las fuerzas de seguridad que aparecieron en el gallinero identificando a ciudadanos y fotografiando sus casas.
Pero claro los casillas, ronaldos, mouriños, perez, roucos, gallardones y tantos otros no estaban. Estarían siesteando después de tantas glorias.
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