sábado, 18 de diciembre de 2010

Ítaca

La navidad, como alumbramiento, se nos ha adelantado. Ítaca, la hija de Azahara ya ha llegado. Nació esta madrugada portando un montón de ilusiones en sus 3'600 kilos que ha pesado. Ayer mismo, en la cena de amigos de los viernes, haciendo un rápido repaso a los achaques que van sobreviniendo, la conclusión es que, éstos, eran fruto de los años. La edad que no perdona. Sin embargo esta mañana la edad -el paso de los años- trae un acontecimiento precioso y esperanzador a nuestras vidas: el nacimiento de Ítaca.
Seguramente mi emoción no es posible transmitirla en esta líneas. Tampoco es el lugar de contar los orígenes de la pequeña ni sus circunstancias. Solamente señalar la cantidad de esfuerzos que hay que ejercer para que la vida se mantenga. Y eso es posible gracias al ejercicio solidario de las gentes buenas de quien estamos rodeados: Jesús y Bego, que ofrecieron su casa, sus brazos y su corazón para que aquella pequeña niña de ojos azules y pelo dorado tuviese una familia donde crecer, soñar y vivir.
Así es nuestra vida. Como la isla griega que da nombre a esta criatura, tenemos que seguir creando archipiélagos de solidaridad, de cariños, de esfuerzos comunes, de achuchones... entonces será posible que Ítaca siga siendo un lugar de refugio, vida y esperanza en nuestro caminar.

2 comentarios:

  1. muy bonito, me he emocionado

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  2. Bienvenida, Itaca, como la Buena Noticia que nos alegra en estos días. Con el nombre que han elegido para ti, patria de Ulises que éste buscó largamente para recuperar su vida y su familia, el poeta Kavafis escribió un hermoso poema que es una metáfora sobre la vida, y que te dedico con el deseo de que cada uno de tus pasos, cada meta lograda, cada vivencia, te ayuden en tu búsqueda y den sentido a tu camino y que éste sea lo más largo y apetecible posible:
    "Cuando emprendas el viaje hacia Ítaca
    ruega que el camino sea largo,
    lleno de aventuras, lleno de descubrimientos.
    A Lestrigones, Cíclopes,
    al colérico Poseidón -no temas:
    nunca hallarás tales seres en tu camino,
    nunca mientras altos sean tus pensamientos,
    mientras una extraña emoción
    estimule tu alma y tu cuerpo.
    A Lestrigones, Cíclopes,
    al fiero Poseidón, nunca encontrarás
    a menos que en tu alma los lleves dentro,
    a menos que tu alma los ponga ante ti.

    Ruega que el camino sea largo.
    Que sean muchas las mañanas de verano en que,
    con gran placer y alegría,
    entres en puertos desconocidos;[...]
    podrías visitar muchas ciudades egipcias
    y no dejar de aprender de sus sabios.
    Que siempre Ítaca esté en tu pensamiento.

    Llegar ahí es tu destino.
    Pero nunca apresures el viaje.
    Es preferible que dure años,
    que seas viejo cuando alcances la isla,
    rico con todo lo que habrás ganado en el camino,
    sin esperar que sea Ítaca la que te haga rico.
    Ítaca te dio un maravilloso viaje.
    Sin ella no habrías partido.
    Pero ya no tiene más que darte.

    Y si la encuentras pobre, no creas que Ítaca te ha engañado.
    Sabio como te has hecho, tan pleno de experiencia,
    habrás entendido lo que significan las Ítacas.
    Toñi.

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