martes, 4 de mayo de 2010

La laguna y el Mar

Hay una laguna, en el sur de la isla de Las Palmas entre la playa del inglés y el faro de maspalomas -parada obligatoria siempre que visitamos a esos amantes de la amistad que son quienes nos acogen y dan cobijo, que de vez en cuando deja de serlo. El pasado mes de Febrero, al pasar ahí unos días, pudimos comprobar cómo la naturaleza es capaz de adaptarse, y no sin belleza y alegría, a los cambios que se van produciendo. Al haber llovido mucho este invierno la laguna dejó de existir para fundirse con el mar en un abrazo silencioso que creaba otro paisaje distinto pero igual de atractivo.
Pues esta realidad, cuya fotografía intenta mostrar, me parece que es una parábola de lo que vivimos en muchas ocasiones.
Todavía con el lagrimal húmedo por la despedida a Manolo, nos aventuramos a seguir luchando junto a tantos que necesitan y procuran, a otros, ese abrazo inmenso que llene de ánimo, paz y camaradería la existencia muchas veces, por distintas causas, truncada. Decir "hasta pronto" como el domingo le dijimos a Manolo en el crematorio, sigue siendo un hecho que -no por habitual últimamente - nos llena de sentimientos complejos y difíciles de describir. Junto a la paz sentida al verle descansar aparece la rabia por una vida joven interrumpida. Junto al sentimiento de satisfacción por lo vivido, aparece la impotencia de no haberlo podido evitar.
Todos estos sentimiento aparecen hilados junto a otro montón de experiencias que podemos vivir porque, entre unos y otros y todos juntos, hemos sido capaces de crear: la familiaridad.
Desde la amiga reconocida como madre, hasta las madres sentidas como amigas. La hija de la amiga vivida como hija propia; la abuela de muchos tenida como miembro fundamental de estas nuevas constelaciones relacionales. Así es esta familia que vamos creando. Como el agua dulce se confunde con la salada por las lluvias torrenciales y modifica el paisaje; así nuestras vidas se confunden con una lluvia torrencial de abrazos, afectos y caricias que sólo pueden avistarse desde esa creación maravillosa en la que todos hemos colaborado: esta gran familia creada.
Decir "hasta pronto" a un hijo, amigo, compañero, colega... alguien con quien se quiere, nos llena de tristeza y dolor. Pero estos -y ese es el privilegio que vivimos- vienen emparejados con la solidaridad, la esperanza y la ternura. Y esta esperanza, ternura y solidaridad nos satisface de tal modo que la vida, de cualquier forma y modo, sigue apareciendo en nuestro caminar.
Como la laguna y el mar. Siendo diferentes pueden confundirse sin dejar de ser, cada una, lo que es.

3 comentarios:

  1. Cuando el agua salda y el agua dulce se juntan... nos queda la belleza.
    Se juntó la delgadez con el cariño, los botes de quimio con los masajes, la duda que mataba con los libros betseller, la enfermedad con los amigos, las coces con los besos, las papillas con las visitas, las cenas de los viernes con tu sueño, las protestas con la paciencia, la rubia con la morena, la estancia en el hospital con las visitas, la muerte con la fuerza de dos manos amigas, los sueños con el delirio, el dolor con las muchas visitas, el afecto con el cansancio, Canarias con el último el viaje.
    Hoy, amigo, cierro los ojos y te veo en la tumbona de Amadores pidiendo que la vida se detuviese en ese momento.
    Manolo, sé que no has muerto, sé que tu sueño se hizo relaidad: Estás ya tranquilo, frente al mar, tumbado, descansado, sabiéndote un milagro.
    El milagro de la fortaleza del ave fenix que supo encontrar una nueva familia en el preciso momento en que resucitaba.
    Estarás siempre en mi memoria, instalado en mi esperanza.
    Descansa en paz, amigo.

    Inés

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  2. Escalón a escalón, sin darnos apenas un respiro, la Dama sigue comprando su escalera al cielo. Creo que es en el libro de la Sabiduria donde se nos dice que "No fue Dios quien hizo la muerte,ni se recrea en la destrucción de los vivientes; él todo lo creó para que subsistiera." Pero es dificil no sentir el dolor y clamar, con Miguel Hernandez, ante la ausencia del amigo: " ....No hay extensión más grande que mi herida,lloro mi desventura y sus conjuntos
    y siento más tu muerte que mi vida.
    Temprano levantó la muerte el vuelo,
    temprano madrugó la madrugada,
    temprano estás rodando por el suelo....
    No perdono a la muerte enamorada,
    no perdono a la vida desatenta,
    no perdono a la tierra ni a la nada."
    Y aunque razonamos: no hay que rendirse, cada dia es un comienzo nuevo, y tenemos presente las lecciones de vida que nos han dado, de los ojos siguen brotando lágrimas.
    Mi hermano nos dejó un legado para cuando se fuera, presintiendo su marcha, una canción que escuchamos juntos en la parroquia al recordarle. Hoy son más los que, juntos y de la mano, nos la cantan a todos:

    "Ahora que está todo en silencio y que la calma me besa el corazón, os quiero decir adiós porque ha llegado la hora de que andéis el camino ya sin mi.
    ¡Hay tanto por lo que vivir!
    No llores cielo y vuélvete a enamorar;
    me gustaría volver a verte sonreír.
    Pero, mi vida, yo nunca podré olvidarte
    y sólo el viento sabe lo que has sufrido por amarme. Hay tantas cosas que nunca te dije en vida, que eres todo cuanto amo y ahora que ya no estoy junto a ti, te cuidaré desde aquí.
    Sé que la culpa os acosa
    y os susurra al oído: “pude hacer más”;
    no hay nada que reprochar. Ya no hay demonios
    en el fondo del cristal y sólo bebo todos los besos que no te di.
    Vivo cada vez que habláis de mi, y muero otra vez si lloráis. He aprendido al fin a Disfrutar y soy feliz.
    No llores cielo y vuélvete a enamorar.
    Desde mi cielo os arroparé en la noche
    y os acunaré en los sueños y espantaré todos los miedos. Desde mi cielo os esperaré escribiendo, no estoy solo pues me cuidan
    la Libertad y la Esperanza. Yo nunca os olvidaré." (Mago de Oz)
    Dama que sigues comprando la escalera al cielo: se, para los ausentes de nuestra familia, madre amorosa que calme sus quebrantos,agua que sacie su sed, isla de reposo y serenidad. Y por favor, cierra un tiempo entre nosotros esa puerta que abres hacia la Eternidad.

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  3. En el crematorio alguien,ajeno a nuestras costumbres, comentó y ahora, ¿dónde está Manolo? y pensé: mientras vivamos estará en nuestro corazón y vivirá en nuestra memoria.

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