Conversando esta tarde con un matrimonio, cuyos hijos les fueron arrebatados por la comunidad de Madrid, volvemos a revivir lo que hace un año se denunció: mentiras, falsedades, amenazas, oscurantismo... todo por el bien de los niños. Cínicos. Nos cuenta el padre cómo pretenden traficar con sus hijos. Cómo, ante la rebeldía mostrada por haberles quitado a sus hijos, la rabia e impotencia se convierten en denuncia y aparecen las agresiones verbales: es que tenéis mucho genio. Ante la imposibilidad de poder seguir colaborando acogen al hijo fugado del centro y son acusados de "esconder" y "proteger" a su propia criatura. Advertencias y más advertencias del nefasto pronóstico para sus churumbeles si siguen denunciando y exigiendo buen trato para sus hijos. Mentiras tras mentiras, se van convenciendo del montaje económico - farmacéutico que anima a dichos centros de protección.
Y muchas animaladas que ya comentaré. Y en medio de todo ello, la colaboración vergonzante de múltiples profesionales confirmando que su hijo no debe estar en ese centro: psicólogos, trabajadoras sociales, maestras, médicos, defensor del menor, fiscalía... un sin fin de personajes sin escrúpulos que maltratan o silencian los maltratos de nuestros niños.
Y siempre la misma espiral: familia pobre / conflicto intrafamiliar / determinación externa de interés familiar / retirada de tutela / descomposición familiar / alejamiento de los hermanos / medicalización del menor / criminalidad del niño / criminalización del entorno / malos tratos en centro / angustia familiar / violencia de los padres / confirmación de ineptitud paterno filial /... Y una vez más la familia, eso sí las pobres, son víctimas de su pobreza y de tanto "profesional" del ultraje y la manipulación.
A todo este tsunami social se suman las responsabilidades. Los parlamentarios escucharon al defensor, dependiendo del color político de su respectiva comunidad, criticaron o alabaron. La fiscalía, en los más de los casos, dijeron que no les constaban semejantes tropelías. Los políticos de turno siguieron en su burbuja -además de inmobiliaria muchos de ellos- de bienestar y conciencia tranquila. Las empresas con centros de menores lavan la cara, cambian algún responsable y siguen frontándose los ojos de los euros que produce su chiringuito. Los medios, como no hay muertos por medio, o callan u ocultan. Y la sociedad... cada vez dan más ganas de bajarse de ella.
Me queda el desahogo fotográfico: la señal de una playa de Galicia espero sea pronto la que encontremos en muchos de los centros para niños y niñas que siembran nuestra geografía. Prohibido el paso a personas, es una animalario.
Y muchas animaladas que ya comentaré. Y en medio de todo ello, la colaboración vergonzante de múltiples profesionales confirmando que su hijo no debe estar en ese centro: psicólogos, trabajadoras sociales, maestras, médicos, defensor del menor, fiscalía... un sin fin de personajes sin escrúpulos que maltratan o silencian los maltratos de nuestros niños.
Y siempre la misma espiral: familia pobre / conflicto intrafamiliar / determinación externa de interés familiar / retirada de tutela / descomposición familiar / alejamiento de los hermanos / medicalización del menor / criminalidad del niño / criminalización del entorno / malos tratos en centro / angustia familiar / violencia de los padres / confirmación de ineptitud paterno filial /... Y una vez más la familia, eso sí las pobres, son víctimas de su pobreza y de tanto "profesional" del ultraje y la manipulación.
A todo este tsunami social se suman las responsabilidades. Los parlamentarios escucharon al defensor, dependiendo del color político de su respectiva comunidad, criticaron o alabaron. La fiscalía, en los más de los casos, dijeron que no les constaban semejantes tropelías. Los políticos de turno siguieron en su burbuja -además de inmobiliaria muchos de ellos- de bienestar y conciencia tranquila. Las empresas con centros de menores lavan la cara, cambian algún responsable y siguen frontándose los ojos de los euros que produce su chiringuito. Los medios, como no hay muertos por medio, o callan u ocultan. Y la sociedad... cada vez dan más ganas de bajarse de ella.
Me queda el desahogo fotográfico: la señal de una playa de Galicia espero sea pronto la que encontremos en muchos de los centros para niños y niñas que siembran nuestra geografía. Prohibido el paso a personas, es una animalario.
... seguiré contando ...
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