14 kilómetros marcan la distancia entre la exclusión y la inclusión. Esa distancia separa la Puerta del Sol, punto neurálgico de Madrid, de la Cañada Real Galiana. 14 kilómetros separan la costa europea de un continente empobrecido. Catorce kilómetros: una distancia muy larga para quienes se ven obligados a recorrerla cada día. Con este blog pretendo visibilizar y rendir homenaje a todas esas personas que peregrinan cada día por los márgenes de la exclusión.
martes, 14 de julio de 2009
Abuela Coraje y Buitres
Hace unos meses, en un periódico, aparece la noticia de una "abuela coraje" que hace verdaderos milagros para subsistir con sus cuatro nietos, con quien comparte la vida y los pocos recursos que tiene.
A Dolores la conocemos hace muchos años en la parroquia. Como su nombre indica es un verdadero valle de dolores. Eso sí, sin lágrimas a la vista. La rabia de lo que tiene por delante la lleva a tener que humillarse pidiendo limosna, comida y lo que la podamos dar con tal de saciar, aunque sea poco, el hambre de sus nietos.
Además de la pobreza de solemnidad en la que vive, el menor de los nietos está "enfermito" del corazón, dice ella. A sus nueve añitos, también lo cardiaco es un problema para esta familia.
Curiosamente Dolores no recibe ninguna ayuda por parte del Instituto Madrileño del Menor y la Familia. Si a sus nietos los hubiera acogido una "familia acogedora profesional" o un "centro de protección" las lágrimas económicas que a ella le inundan se tornarían en sobras. Porque a aquellos sí que les pagan por ser solidarios. A Dolores, por cuidar de sus pequeños, no la ayuda ni dios. (Bueno ella dice que sí ¿?)
Y en esta búsqueda desesperada de recursos, en 2007 se encontró -o la contaron- con que era muy fácil tener dinero fresco con el sólo carné de identidad. Firmó no sabe cuántos papeles, pero pronto, sin complicaciones le dieron el dinero necesario para tapar una agujero urgente de tantos que colman su existencia.
Ahora, esos que fácilmente le prestaron un dinero le reclaman casi el doble. De los escasos 1500€ que la prestaron, ahora, esos buitres de la carencia la reclaman 2750€.
Al habla con el despacho que representa los intereses de los buitres [nosotros debemos representar los desintereses de Dolores por el capital: bastante tiene con dar de comer a sus nietos] éstos nos comunican que tiene quince días para satisfacer la deuda, de lo contrario -nos advierten- darán parte al Juez.
La pobre está abrumada. No tenemos dinero. ¿Tenemos obligación para con estos buitres? A la pobre lo que más la preocupa es que vayan a quitar la lápida que cubre el nicho de su hija. Que, por cierto, es para lo que solicitó el dinero.
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