Acabo de terminar de leer un libro que me ha tenido cautivo estos días. Se trata de “Memorias de un beduino en el Congreso de los Diputados” de nte ciertamente el libro.
Y esta posibilidad de preocuparse por los otros, donde estemos, me recuerda el encuentro tenido ayer en la mañana con un grupo de estudiantes –eran todo muchachas jóvenes- del modulo superior de “integración social” en un instituto de Logroño. Nos llamó Luis el profesor, también presente. Hombre inquieto y preocupado por no impartir sólo teoría, cuanto por acercar a ésta y sus alumnas a experiencias vivas. En dicha tertulia aparecía continuamente la preocupación de estas futuras profesionales de lo social acerca de la coincidencia entre lo estudiado y
Cuando se invierte mucha energía, principalmente, a vivir con los desheredados, la dedicación de la vida se transforma en un “estilo de vida” (como lúcidamente apuntaron las madres). Dedicar tu existencia a hacer posible que otros tengan vida, en abundancia y con dignidad, desborda todo planteamiento teórico sobre los “perfiles”, “expedientes” e “intervenciones”. Creo –bueno más bien espero- que esto fuésemos capaces de transmitírselo con claridad a estas jóvenes estudiantes.
Desde cualquier lugar cabe la solidaridad con los últimos. Otra cosa son las consecuencias de esto. El conocimiento de la realidad nos ha llevado a implicar nuestra vida y, por tanto, a complicarla. Y a pesar de lo duro de algunos momentos, hay que ver la felicidad y el sentido que nos proporciona dicha complicación.
Y también me viene esta mañana al pensamiento Vicente Ferrer. Anciano de una larga existencia complicada en dar vida a los más pobres de
Y este otro amigo etíope de adopción. Angel Olaran, que sigue por esas tierras de sequía inundando de
Y en estas andamos al comienzo de
Quería también aprovechar para comentar una cosilla. Al ser este un blogg personal, no voy a publicar comentarios que llegan donde se falta al respeto y se hacen juicios de tono racista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario