Nos ha dejado Carlos. Un cura y amigo por quien me he sentido muy Carlos Fernández Ordoñez
apreciado. Le recuerdo, yo jovencillo recién ingresado en el
Seminario de Madrid (entonces nos deformábamos viviendo en pisos en distintas
parroquias madrileñas), en la parroquia “Visitación de Nuestra Señora”, donde -junto
a montón de amigas y amigos- había conformado una comunidad que sería ejemplo para
muchas y muchos que veníamos detrás.
Pasaron los años y, ya de cura, lo volvía a encontrar en los encuentros que, a partir del conflicto en san Carlos con el cardenal Rouco -allá por el 2007-, se organizaron en aquel grupo que se llamó “foro de curas”. Experiencia de intercambio y pozo de sabiduría de una manera de ser cura construyendo comunidad no clerical.
Siempre me llamó la atención sus oportunas y profundas intervenciones. Se notaba que su vida había atravesado episodios duros de violencia y esperanza… Sus aportaciones siempre en fidelidad al Evangelio y al pueblo. Me recuerda mucho a San Romero de América.
Su pertinaz cercanía conmigo la viví como esa relación profunda,
sin mucho contacto, pero que se siente muy cariñosa las ocasiones que nos veíamos.
Siempre atento y animoso.
Otro buen hombre, compañero y maestro que seguirá velando por tantos como en
esta tierra buscamos la Justicia, así, con mayúsculas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario