Hay ocasiones en las que las imágenes, como estas tomadas esta semana, parecieran profetizar el cumplimiento de la realidad.
Desde el imperio-dictatorial-privador:
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSVS9GwXn618tEs8M07P9ysv1ZE-dc_1bLeZYdlF4AYxd25B9xmqu9mq5SUabmO6rWB2kj6c3os8cTI9sImB5iLvS-1tSfgsIPjyjow24qJ1mSm0jrTNMCJ6-5NWCtQlk-TF0i-CMtFNk/s400/15-5-11+Mani+democracia+real+Ya+%2528187%2529.jpg)
Hasta el descalabro más descomunal:
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNqWZVkmp2pI_Z-iz5mMlci9hOAnAS0d6afGth1-FWc7BPjM-s5IzxVs4bfqMXMsB_669p2dxpscfzGQiCbXjlgSMqp6CKg4Q6xRyjWfQ0eg6Lr8I2O6RpjVazFhCMx2GVO5s8MdCWZ9w/s400/Renfe+22-5-11.jpg)
14 kilómetros marcan la distancia entre la exclusión y la inclusión. Esa distancia separa la Puerta del Sol, punto neurálgico de Madrid, de la Cañada Real Galiana. 14 kilómetros separan la costa europea de un continente empobrecido. Catorce kilómetros: una distancia muy larga para quienes se ven obligados a recorrerla cada día. Con este blog pretendo visibilizar y rendir homenaje a todas esas personas que peregrinan cada día por los márgenes de la exclusión.
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