martes, 29 de octubre de 2024

PEMA... abocados al abismo...

Asistí esta mañana a una Jornada organizada por CEAR sobre ‘El PEMA: las claves para su aplicación desde un enfoque de derechos humanos’. Cuando entraba me parecía que habían provocado todo un oxímoron: Pacto Europeo de Migraciones y Asilo y Derechos Humanos. Cuando acabamos, lo escuchado me confirmó semejante desventura. Los y las ponentes parecieron basar toda su argumentación de la defensa de tan deleznable tratado en las cantidades. Un ponente nos hablaba de dos legislaturas negociando. Otra nos argumentaba sobre los centenares de páginas que ocupaban… Pero el paroxismo mayor fue escuchar al actual presidente de la Comisión LIBE del Parlamento Europeo (Grupo del Partido Popular Europeo) argumentar como razón de validez de este pacto que “ha sido valorado por Giorgia Meloniy Pedro Sanchez, ambos”. Cómo si la política migratoria del PSOE no estuviese trufada de melonismo….
Alabanzas salpicadas de afirmaciones como que “es un acuerdo equilibrado, con garantías entre libertad y seguridad evidentes…”; o esa otra de que “España nunca ha criminalizado a entidades sociales de Derechos humanos o Salvamento”… (pensará que nos olvidamos de Prodein en Melilla o la persecución y tortura a Helena Maleno…); que es “un pacto pragmático, no ideológico”; que “España va a abrir 14 centros nuevos de acogida”… (pero no se cuestiona si serán como el de la isla canaria de El Hierro donde a las personas allí internadas no se las deja salir a pasear, o el CAED de Alcalá donde hay más de 1500 jóvenes y no hay asistencia sanitaria)…
Menos mal que ante semejante orgia de orgullo por lo elaborado y de prisas en su implementación, hemos podido escuchar a una de las ponentes decir que “pone en riesgo el cumplimiento de los Derechos Humanos en Europa”, “se incentiva tener menos personas migrantes en nuestro suelo” o que la implementación de este Pacto abre la puerta a los “crímenes internacionales, con la externalización”, habiendo olvidado algo tan primordial y de lo que se llenan la boca muchos de nuestros prebostes políticos: “en el PEMA  no vemos la convención de los Derechos de las niñas y niños”.
Frente a tanto expolio sólo nos quedan las alianzas con quienes, como nos recordaba la doctora Itziar Ruiz Giménez, nos oponemos a vivir en sociedades apartheid. Y el PEMA profundiza estos sistemas sociales. Esto es, crea dolor, indiferencia e inhumanidad.

martes, 22 de octubre de 2024

¿Integrar?

 Termino de leer una breve, y magnifica, columna de Sergio del Molino: "Gente sin integrar" que finaliza diciendo: "españoles de 20 apellidos españoles tendremos que confesar que estamos muy mal integrados..".
Pues sí, la integración tiene su aquel. ¿Quién ha de integrarse y con
quién???
Esta mañana, como nos ocurren las cosas habitualmente en san Carlos, llegan dos situaciones disparatadas y elocuentes a partes iguales.
Una familia (papa, mama e hijo pequeño) que, tras más de 7 meses maltratadas por la política de acogida y asilo en España, son derivadas a una ciudad catalana con una advertencia: al proyecto de Cruz Roja donde irán no podrán compartir habitación o casa los tres miembros juntos. La mama y el pequeño (todos sabemos que los cuidades de estos dependen del género femenino) irán a una casa y el papa a otra. Y la trabajadora que Cruz Roja -cuya decisión no será suya- no muestra incomodidad o repulsa ante semejante decisión. Decisión que dice ser del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Frente a una política migratoria que concibe a las personas como piezas de un puzzle, unas empresas de lo social, como Cruz Roja, que blanquean y justifican los desmanes de aquellos. ¿Quién está desintegrado? ¿en qué sistema social pretenden que nos integremos?

A la par, lo contrario. La apuesta por el cuidado, la preocupación por el otro, y por el otro vulnerable.... aparece una mujer embarazadísima, ecuatoriana, a pedirnos una silla de ruedas. Resulta que esta mujer, con otra hija de seis años tuvo conocimiento de la lastimosa situación de un anciano británico que estaba solo en el hospital. No tenía familia conocida ni en España ni en Inglaterra. Ella había cuidado a su mujer, que también ha fallecido. Ante la soledad de este hombre ella propone que le envíen a una residencia, ella no puede hacerse cargo. La Administración "integrada" la dice que si el envío a la residencia se hace desde los servicios sociales del hospital, no pueden decirla a ella dónde le han llevado y perderá la relación. Para ella, ecuatoriana migrada que sabe lo que son soledades no acompañadas, la parece inhumano dejarle ir sin poder volver a verle... ¿Estará integrada? Esta menuda mujer embarazada decide hacerse cargo de él, mueve roma con santiago y consigue que le ingresen en una residencia junto a donde ella vive, responsabilizándose de todo lo que acontezca en la vida de este anciano. Anciano que en el transcurso de estos meses ha ido perdiendo cada vez más la cabeza y cuyo único idioma al que hace caso es el ingles que la mujer no sabe pronunciar. Sin embargo cuando ella le habla en castellano, él reacciona, obedece, sonríe...
Una muestra más de cómo el lenguaje de la acogida, Hospitalidad y caricia integra y humaniza más que una chaleco corporativo, unos planes de igualdad o unos protocolos de intervención social. Mientras hay oeneges que colaboran en las "políticas melonianas" que desarrollan gobiernos autodenominados progresistas, hay ciudadanas y ciudadanos que se ponen manos a la obra y cargan con las vidas de los desposeídos.

miércoles, 25 de septiembre de 2024

Júbilo!!


“El tiempo pasa…” cantaba Pablo Milanés. Y cuánta verdad hay en esa canción

El pasado lunes se jubilaba Carmen Puerta. Directora médica -durante más de 30 años- de un centro de atención a drogodependientes. Servicio del Ayuntamiento de Madrid.

Durante el suculento ágape al que nos invitaron en el magnífico jardincito del centro, nos pudimos reencontrar muchas personas conocidas. Algunas amigas y bastantes, compañeras y compañeros en las luchas de aquellos años 90. Luchas en las que intentar que fuera posible que personas que se habían enganchado a las drogas dejasen de suicidarse y rehiciéramos nuestras vidas.

Mi relación con Carmen, desde el inicio, fue cordial. Pero de esa cordialidad con que el diccionario de la real academia de la lengua define la palabra. La atención profesional como médica de Carmen hacia quien por su puerta -siempre abierta- aparecíamos era desde el corazón.

El otro lunes, en su despedida, pensaba y gozaba de la fortuna vivida con profesionales de este tamaño. Es verdad que desde colectivos sociales -las más de las veces con razones- hemos sido muy beligerantes respecto de la atención prestada en los servicios públicos y quienes en ellos trabajan. Hostilidad contra unas estructuras que no siempre responden a las necesidades de las personas, pero que acabábamos focalizando en el funcionario de turno. En estos momentos en los que desde quien nos gobiernan tienen como vocación el desbaratamiento de lo público hay que alzar la voz por su existencia y universalidad.

En lo afortunados que hemos sido, como usuarios o acompañantes de los mismos, en la experiencia con la atención de profesionales y personas de la talla de Carmen: siempre ha sido un auténtico lujo. Nunca había deshoras… Nunca había protocolos excluyentes… Nunca despedidas por falta de competencias... Ella -como seguramente tantas y tantos otros profesionales de lo público- siempre abría horizontes que hacían posible compaginar las necesidades de las personas enganchadas a las drogas con los recursos ofrecidos por las Administraciones. Por eso, en estos años, los NO que conocí en Carmen fueron más dirigidos a esos sentimientos de autoflagelación impuesto por el abuso de drogas o a esa clase políticas y públicas que parecían anteponer lo estructural a lo personal.

Afortunadamente se ha jubilado. Se lo merece. Se merece seguir disfrutando de “otros júbilos”. Porque su trabajo, quedó claro en sus palabras y en la cantidad de -ya amigos y amigas- profesionales que durante estos años trabajaron junto a ella. Lo explicó muy verazmente su hijo: ” en casa estabais con muchas de las historias que aquí vivías porque mi madre se las llevaba a su intimidad familiar…”. Lo confirmo yo -seguro que entre otros cientos y cientos de personas a quien Carmen atendió-, que merece disfrutar del mismo júbilo -jubilada- que ha disfrutado en los años de trabajo y entrega profesional.

Y que mejor homenaje que seguir, a quienes venimos detrás, trabajando y viviendo desde el compromiso por lo público, donde los cuidados sean seña de identidad del quehacer profesional y vital de cada uno de nosotros y nosotras.
        Muchas gracias, Carmen, por tanto

sábado, 21 de septiembre de 2024

Norita...


 Quedan pocos días para que haga ya 4 meses de la marcha eterna de Nora Morales de Cortiñas. Ayer viernes en las II Jornadas de Memoria Democrática de Ávila, se rindió un homenaje a esta inconmensurable mujer a quien, junto a las madres de Plaza de Mayo Argentina, Carlos Cano también tributo homenaje con su canción: "Tango de las madres locas".

Este fué mi homenaje escrito:


Con Norita, Motril 2014

Soy mal fotógrafo y tengo peor memoria. Pero las primeras me ayudan a recordar, evocar momentos -sobre todo colectivos y comunitarios- que han sido importantes en mi vida. Y uno de ellos fue conocer a Nora Morales de Cortiñas -Norita- para quien tuvimos la fortuna de ser reconocidos con su amistad.

Y entonces, al intentar hacer una semblanza de esta “pequeña” mujer (y enfatizo lo de pequeña por lo siguiente…) miro aquellas fotos de una lejano ya 2014 y siento que me hablan de muchas cosas de esta gran mujer.

Pequeña en lo físico, pero con una fuerza tremenda, que no sólo engrandecía su compromiso y su propia vida, sino que además contagiaba esa pasión por buscar la Justicia, aquí o allá. No hubo empeño pequeño para ella si la construcción final era mejorar un poco la vida de sus compañeros y conocidos.

Vuelvo al retrato y me encuentro con esta tremenda mujer que no solo se comprometió. Sino que, además -en el ¿cómo? - siempre aparecía esa sonrisa capaz de desbaratar al más feroz oponente como contagiar esperanza, tras unos ojos vivaces que provocaban y embargaban.

Su atuendo siempre culminado en una cabellera envuelta en un pañuelo blanco. Con distintas inscripciones y, en ellas, la fecha de desaparición de su hijo. Ese pañuelo, en Norita, no ocultaba vergüenzas, o miedos o desazón alguna. Al contrario. El pañuelo blanco, símbolo de pureza en sus justas luchas, siempre adornaba -como un tocado sagrado- esa cabeza llena de sueños, compromisos y afectos. Nora, como tengo la fortuna de encontrar en otras madres luchadoras, fue capaz de transformar su dolor e indignación en fortaleza para sus causas. Causas que hizo fueran de todos cuantos nos sentimos humanos y hermanados en la lucha por la Justicia. Y esta con mayúsculas.

Y esas pequeñas manos que nos sobrepasaban en generosidad…. Siempre extendidas para abrazar, alentar y denunciar. Cuantas veces, sus manos, fueron firme pilar de un micrófono o megáfono. Esas manos que formaron parte de su capacidad de comunicar. Manos que acariciaron tantas ilusiones como atemperaron injusticias y dolores. Manos cansadas y a la vez ofrecidas generosamente en busca de Memoria Verdad y Justicia como aparecía inscrito en el pañuelo sobre su cabeza.

Y vuelvo a las fotografías, testimonio certero de lo que Norita ha significado en la historia de nuestra humanidad. Frente a esos Goliat que se alzaban y se alzan contra lo débil y vulnerable, su pequeñez engrandeció todo aquello que apuntaba a luchar por un mundo mejor. Su voz, tenue y firme a la par, nos encaminó hacia esos senderos “periféricos” donde se juega lo humano, donde se descubre la potencialidad del ser humano. Donde la voz más fuerte no siempre es el grito más contundente y solidario.

Y para finalizar, me vuelvo a sentir traspasado por esa mirada personal que nos lanzaba a cada uno de sus interlocutores. Fuera este presidente, famoso o simple ciudadano… Su mirada calaba de tal manera que una vez mirado era difícil, por no decir imposible, ausentarte de esa mesa común en busca de Justicia y Paz.

Norita ha sido, junto a tantas mujeres-madres, imagen necesaria del valor de la memoria. La necesidad de tener presentes, hasta el fin de los tiempos, a aquellos a quienes el poder injusto e inhumano arrebató de sus faldas. Por eso ella nunca dejó de portar, como sagrado escapulario, la fotografía del hijo arrebatado por aquellos milicos que tanto daño hicieron y, si bajamos las esperanza y la lucidez, pueden volver a cometer.

La vida de Norita me trae a la memoria aquella frase del escultor vasco Eduardo Chillida, de quien se celebran 100 años de su nacimiento: “Los ojos para mirar, los ojos para reír, los ojos para llorar ¿valdrán también para ver?”

miércoles, 28 de febrero de 2024

acuerpando a Defensores y Defensoras de Derechos Humanos


Algo que señalaban ayer en el acto, en el teatro del Barrio, “Huella colonial. La Colombia desterrada por las multinacionales españolas” era la necesidad, aquí y allá de hacer cuerpo, de defendernos de todos aquellos ataques y victimarios que, grandes o pequeños, atentan contra la dignidad de las personas y los pueblos.

Se presentó un adelanto sobre la vida de Adil Meléndez, abogado y Defensor de Derechos Humanos. Derechos humanos enraizados en la idiosincrasia y peculiaridades de distintas zonas de Colombia. Vida la de este gran -física y espiritualmente hablando- abogado colombiano.

Su trabajo está traspasado por la violencia que sigue, de manera más callada, viviendo la gente sencilla de las zonas más alejadas del poder y la centralidad de Colombia. Y entre quien detenta esas violencias: la empresa española Aguas de Barcelona. La lucha de Adil y sus vecinas ha hecho que, además de tener que vivir con escolta, sea un referente contra las políticas extractivistas que desolan poblaciones y empobrecen, más aún, a quien esas regiones colombianas habitan.

No sólo escucharle fue un privilegio. Conocer esa realidad que difícilmente se deja asomar en los medios de comunicación españoles, fue una ocasión para que la solidaridad entre pueblos y ciudadanos crezca acuerpándose.


domingo, 28 de enero de 2024

sentirnos....

El privilegio de compartir comida, ilusiones, vida...
Esta mañana en nuestra celebración dominical dejábamos resonar ese ”asombro” del que nos hablaba el Evangelio. Algo muy parecido a la “admiración” de la que nos hablaba -también esta mañana- la columna del amigo Luis García Montero.

Asombrarnos para dejarnos desbaratar en la acogida. Asombrarnos de la capacidad de las personas -cuyas vidas están traspasadas por el dolor- en rehacerse y seguir disfrutando y contagiarnos de la pasión por vivir. Asombrarnos de las innumerables veces que tenemos que parar, volver a los orígenes y dejarnos abrazar por esas maravillosas personas en medio de las que vivimos que nos construyen, alientan y esperanzan… Vamos, toda una fortuna con que nos llena la Vida.
Cómo será esta que en ocasiones el asombro nos pilla desprovistos de casi todo. Una persona, migrante, que llegó desfondada a la parroquia porque llevaba varios días durmiendo en la calle, después de poner su vida patas arriba en el camino migratorio. Esa misma noche nos anuncia que está embarazada y, sin darnos tiempo a encajar la alegría por la noticia, en medio del susto y descoloque, en el mismo templo donde había ocurrido todo lo anterior, se pone malísima y pierde la criatura…
El tiempo pasa, la vida se re-coloca y hoy vino a visitarnos. La distancia física no puede con el cariño y la estima, aunque duelan los recuerdos.
Ahora, al preguntarla si había llegado a su casa, me contesta: “Muchas gracias por ese recibimiento tú sabes que más que una parroquia es un hogar y para mí es mucho más significativo  por mi hjita,  ya que no tengo un panteón donde visitarla pero si un hogar en donde sentirla”. Y entonces se me viene toda la vida que vivimos, que nos acompaña, pasos delante pasos atrás achuchando…y es cuando, ante el sentimiento de esta mujer que no pudo llegar a abrazar a su bebita, sólo puedo dar gracias por todo lo que vivimos, queremos y sentimos.

jueves, 19 de octubre de 2023

desacralizar!¡

 

Vuelvo a leer la palabra que titula este desahogo.


Hacía mucho tiempo, desde aquel 2006, en que el vicario de Vallecas de entonces me admonitó (¿amenazó?) con que nuestro templo de San Carlos Borromeo quedaría "desacralizado" si seguíamos en el empeño de celebrar la fiesta popular de los carnavales. Fiesta que lógicamente celebramos.
Desde entonces la de acontecimientos que hemos vivido en ese espacio desacralizado. Muchas veces lo he pensado. Cómo se puede, teniendo el Evangelio en nuestro horizonte, hablar de espacios sagrados. Sólo es sagrada la Naturaleza y quienes la habitamos. En estos tiempos, por ahí ha pasado de todo y todo tipo de personas. Eso sí, teniendo un lugar especial y destacado nuestras celebraciones dominicales en torno a la mesa del Señor Jesús.
Es un espacio físico, el de San Carlos Borromeo, pequeño y precario. Y en él, sin embargo, acontece mucha Vida. Esta misma mañana convivían los arqueólogos que están excavando junto al templo y sus colegas fotógrafos documentando lo hallado, con las clases de español para migrantes, con la acogida social en los despachos y revoloteando sobre todo, dos familias acogidas que la Administración pública mantiene en la calle al no darles albergue y ser una obra titánica conseguir cita para formalizar la solicitud de Asilo.
Es por esto que generosamente se han bajado al espacio "desacralizado" donde duermen, hacen deberes los pequeños y hoy han tenido que comer, a los pies del Palestino, porque no había otro sitio libre.

Y me vino aquella admonición del vicario. Y como han pasado los años y ya está viejito y no le guardo rencor, he pensado: ¡que cosa más sagrada que dos familias que “no tienen donde reclinar la cabeza” compartan la comida a los pies del crucificado!. Y creo que este es el ágape del que nos habló el tal Jesús…