“nunca olvidarás con quien has llorado”… cantaba hace años Luis Pastor.
Esta mañana, ante un grande, migrante, colombiano y lleno de lágrimas me volvió esta frase del poema “Mar de lágrimas” (que por cierto recomiendo).
Hace poco más de 24 horas celebramos el día por los refugiados. Tengo la sensación -como en tantas otras de estas celebraciones- que un día celebramos mientras nos pasamos los restantes 364 persiguiendo, criminalizando, violentando e ignorando a las personas migrantes y refugiadas.
Al ver a Daniel derrumbado sobre la mesa del despacho,
llorando desconsoladamente, angustiado porque no tiene dinero y le echan de la habitación
alquilada, cargando en sus espaldas la angustia de saber que su hijo y su madre
siguen en Calí amenazados por quienes le forzaban a participar del dinero ganado
y fueron la razón de su exilio…
Y a este drama se suma la imposibilidad de solicitar asilo. Cansado de esperar
al teléfono de citas que no contesta, sabedor de memoria de la dirección electrónica
de citas que no existen….
Tenemos un gobierno de una Europa que funciona como los sátrapas mercenarios económicos de su ciudad natal. Todo prefabricado para que no vengan, que no vivan, que no lleguen… eso sí, el día señalado nos vestimos todos de humanitarios y acogedores y celebramos… pero cuánto nos cuesta preguntarnos por las razones del malestar y denunciar sus causas….
Quizás la mejor celebración sea escuchar, empatizar y llorar con quien llora… lo mismo nos humanizamos…
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