Me preguntaban esta tarde, una futura periodista en
construcción, qué es lo que más me impactó en estos años junto a la exclusión…
tras hacer un silencio para intentar ordenar la prioridad del impacto,
inmediatamente se me vinieron a la mente multitud de ojos de personas -junto a
quien estuve- que lo estaban pasando mal: doloridas, desesperanzas, moribundas,
angustiadas, hambrientas…
Y, sobre ellas, apareció como buscando oxígeno entre tanta
miseria los ojos de los niños. Hoy tenemos miles de modos de hacer llegar a
nuestra mirada ojos ajenos. De aquí o haya…
Ojos que nos hablan, al ser pequeños vulnerables
haciéndose…, de todas aquellas miradas que los adultos volcamos sobre la
realidad. Por eso no es suficiente mirar los ojos de los otros, especialmente
de los más pequeños.
Necesitamos dejarnos
mirar. Desbaratarnos por las sorpresas de ese pequeño ante tal
descubrimiento… Mantener la mirada de quien está necesitado, de a quien sus
circunstancias vitales le han hecho creer que “debe” estar a la cola, ser sumiso,
esperar todo…
Javi querido! Siempre tus publicaciones son una inyecciòn de esperanza en este difìcil mundo que se ha vuelto tan sòrdido y desencantador. Mi abrazo y mi cariño inmenso para ti. Yo espero abrazarte en un tiempo no tan lejano y dejarme transmitir tu esperanza y tu ternura. Te quierooo!
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