viernes, 22 de junio de 2012

Pregón en las fiestas de Vallecas Madrid - Sur

Ayer tarde, en el comienzo de las fiestas de Vallecas Madrid Sur, tuve el honor de hacer el pregón de fiestas. Inserto el texto elaborado con el apoyo y colaboración, para él, de Patuca y Josito:


Estimados vecinos y vecinas, amigos todos vallecanos:
Damos comienzo, por decimoséptimo año consecutivo, a las fiestas de esta parte del mundo y de nuestro barrio  que es “Madrid Sur”. Una vez más, tenemos que empezar proclamando: ¡El Sur también existe!
Desde la Asociación Vecinal Madrid Sur nos convocan a celebrar la fiesta, a defender la alegría como un derecho, como proponía el poeta Mario Bendetti.
Lectura del pregón. Plaza del cine
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas



Hoy más que nunca, nos urge defender la alegría, como un derecho, como un principio, como una trinchera…. No paran de repetirnos que estamos en crisis…
Sí, estamos en crisis.
Pero no estamos dispuestos a que nadie, desde fuera, nos quiera agüar la Fiesta. No vamos a dejar que los mercados financieros nos sigan vampirizando, ni que las administraciones sigan achicándose, olvidándose de que son los garantes de nuestros derechos.
Precisamente por eso estamos de fiesta y no consentiremos que nadie nos robe lo poquito que nos queda: la alegría compartida, la lucha común, la solidaridad, la desmesura de la fiesta y la esperanza que reside en nosotros mismos y en nuestros valores a recrear.
La esperanza no vendrá de los mercados, ni aunque baje la prima de riesgo; tampoco de las administraciones, aunque dejen de recortar sus responsabilidades para con más vulnerables. Mucho menos de los poderosos, sean estos políticos, banqueros, religiosos o empresarios. La esperanza surge de la sociedad civil, del tejido social solidario, de la ciudadanía que ayuda a rescatar lo esencial. Frente a la competencia, la cooperación; frente a la fascinación por el crecimiento, el desarrollo sostenible y la redistribución; frente al interés particular, la lógica del bien común; frente al desánimo y la alienación, la fiesta compartida y abierta.
Esto no son utopías, sino realidades que se hacen posibles y se visibilizan en la lógica gratuita y lúdica de la fiesta. Lo testimonia con creces la generosidad de todos los voluntarios, organizadores, artistas, técnicos y colaborador@. Definitivamente ¡Nadie nos va a quitar la fiesta!
El encuentro, la quiebra de la rutina y de la cotidianeidad, la convivencia pacífica, las risas compartidas y el ser una piña frente a la adversidad, forman parte de nuestro patrimonio vallecano irrenunciable.
Ciudadanía y fiesta van de la mano.
El dolor y la injusticia no son razones para suspender la fiesta, sino para ponerla en valor. Al festejar desde lo gratuito tal vez empecemos a despertar y caigamos en la cuenta de que quizá nuestro desentendimiento, pasotismo político y silencio hayan podido ser cómplices de la avaricia desbocada de unos pocos, de su descarnado ataque a lo que a todos nos pertenece.
Por esto tenemos que vivir con intensidad y pasión la fiesta.
Que el encuentro festivo entre vecinos no sea sustituido por la privatización de las relaciones humanas. Que no nos secuestren la alegría.
No dejemos que quienes ayer nos arrastraron al paro y a la miseria consigan hoy que estemos tristes, cabizbajos y encerrados.
Que la música y el baile, el vino y la lucha compartida por un mundo más justo, sin armas ni violencia, haga emerger lo más auténtico del ser humano. Que  la solidaridad y el júbilo nos empujen a crear una economía a escala humana, una política al servicio de las personas y de sus intereses. Que la convivencia entre diferentes culturas etnias y religiones, nos empuje a recuperar una auténtica ciudadanía, para que reclamemos que las necesidades se tornen en derechos exigibles y que, al mismo tiempo, se ponga coto a los intereses de unos pocos.
Vallecas es muy conocida por ser un puerto de llegada -vallekas puerto de mar- para mucha gente, de muchos sitios. Así se ha ido tejiendo una sociedad plural, multicultural y diversa. Pero estos valores no son suficientes si no reconocemos que Vallecas Madrid Sur, ha de ser un lugar de acogida, un espacio de bienvenida al diferente, abierto e intercultural.
Ojalá nuestras plazas sigan siendo abiertas, proliferen los corros de vecinos en las calles y en nuestras casas tengamos puertas de cortinilla y tragaluces de esperanza y lucha compartida abiertos al futuro.
Por eso, vecinas y vecinos vallecanos, rescatemos –palabra tan de moda, “aunque algunos políticos la quieran desterrar” del diccionario- aquello que nos hizo venir y sentirnos acogidos.
La búsqueda de una vida digna, donde los parques no sean de quien comercia con el espacio público, los conflictos se arreglen dialogando en torno a una mesa y no policializando las calles y criminalizando la disidencia.
Aspiramos a un barrio donde todos y todas podamos pasear sin necesidad de acreditar nuestros antecedentes morales o mostrar mil veces nuestra documentación, sobre todo si tenemos “otros” rasgos faciales. Queremos un barrio, donde los niños correteen en medio de los mayores que ejercitan sus músculos en bicicletas estáticas. Donde los jóvenes celebren sus fiestas en el parque sin importar su procedencia o gusto musical. Donde las familias puedan seguir depositando su confianza en una escuela “pública de todos y para todos”. Donde las distintas religiones nos hagan descubrir la fe común en el ser humano y en su potencial transformador, más allá de la atadura a dogmas y confesiones.
Convivir no es sencillo, pero en tiempos de estrecheces económicas no tenemos más remedio que estar unos más cerca de otros para colaborar solidariamente ante las necesidades del vecino. Así, con las armas de la solidaridad y la buena vecindad, apuntalaremos el maltrecho estado de bienestar y construiremos la sociedad de la justicia social.
Ellos, los que administran, gobiernan, mangonean, recortan, dilapidan y extorsionan no son conscientes de nuestra fuerza, sobre todo cuando se basa en la convivencia y en la fuerza irresistible que brota del arrimar el hombro a la causa del vecino.
Por eso, como en los pasos de baile, sobre la mesa del ajedrez, jugando con los globos, compartiendo tapas o comiendo todos juntos, sembremos nuestras calles y plazas de encuentro, fiesta, alegría achuchones y saludos para que Vallecas Madrid-Sur siga siendo, en estos tiempos de incertidumbre y dificultad, un faro de esperanza en nuestra sociedad.
Muchas Felicidades y que disfrutemos de estas fiestas.

2 comentarios:

  1. Ole, ese pregonero. Que no llegue el fin del Estado Social. Pero si llega, que nos pille bailando. Para poder volver a empezar. Las veces que haga falta.

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  2. Gracias. Todo un regalo y una apuesta por dar la cara en medio de la fiesta, valor innegociable.

    Ernesto

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