Estimados
vecinos y vecinas, amigos todos vallecanos:
Damos
comienzo, por decimoséptimo año consecutivo, a las fiestas de esta parte del
mundo y de nuestro barrio que es “Madrid
Sur”. Una vez más, tenemos que empezar proclamando: ¡El Sur también existe!
Desde
la Asociación Vecinal Madrid Sur nos convocan a celebrar la fiesta, a defender
la alegría como un derecho, como proponía el poeta Mario Bendetti.
Lectura del pregón. Plaza del cine |
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
Hoy
más que nunca, nos urge defender la alegría, como un derecho, como un
principio, como una trinchera…. No paran de repetirnos que estamos en crisis…
Sí,
estamos en crisis.
Pero
no estamos dispuestos a que nadie, desde fuera, nos quiera agüar la Fiesta. No
vamos a dejar que los mercados financieros nos sigan vampirizando, ni que las
administraciones sigan achicándose, olvidándose de que son los garantes de
nuestros derechos.
Precisamente
por eso estamos de fiesta y no consentiremos que nadie nos robe lo poquito que
nos queda: la alegría compartida, la lucha común, la solidaridad, la desmesura
de la fiesta y la esperanza que reside en nosotros mismos y en nuestros valores
a recrear.
La
esperanza no vendrá de los mercados, ni aunque baje la prima de riesgo; tampoco
de las administraciones, aunque dejen de recortar sus responsabilidades para
con más vulnerables. Mucho menos de los poderosos, sean estos políticos,
banqueros, religiosos o empresarios. La esperanza surge de la sociedad civil,
del tejido social solidario, de la ciudadanía que ayuda a rescatar lo esencial.
Frente a la competencia, la cooperación; frente a la fascinación por el
crecimiento, el desarrollo sostenible y la redistribución; frente al interés
particular, la lógica del bien común; frente al desánimo y la alienación, la
fiesta compartida y abierta.
Esto
no son utopías, sino realidades que se hacen posibles y se visibilizan en la
lógica gratuita y lúdica de la fiesta. Lo testimonia con creces la generosidad
de todos los voluntarios, organizadores, artistas, técnicos y colaborador@.
Definitivamente ¡Nadie nos va a quitar la fiesta!
El
encuentro, la quiebra de la rutina y de la cotidianeidad, la convivencia
pacífica, las risas compartidas y el ser una piña frente a la adversidad,
forman parte de nuestro patrimonio vallecano irrenunciable.
Ciudadanía
y fiesta van de la mano.
El
dolor y la injusticia no son razones para suspender la fiesta, sino para
ponerla en valor. Al festejar desde lo gratuito tal vez empecemos a despertar y
caigamos en la cuenta de que quizá nuestro desentendimiento, pasotismo político
y silencio hayan podido ser cómplices de la avaricia desbocada de unos pocos,
de su descarnado ataque a lo que a todos nos pertenece.
Por
esto tenemos que vivir con intensidad y pasión la fiesta.
Que
el encuentro festivo entre vecinos no sea sustituido por la privatización de
las relaciones humanas. Que no nos secuestren la alegría.
No
dejemos que quienes ayer nos arrastraron al paro y a la miseria consigan hoy
que estemos tristes, cabizbajos y encerrados.
Que
la música y el baile, el vino y la lucha compartida por un mundo más justo, sin
armas ni violencia, haga emerger lo más auténtico del ser humano. Que la solidaridad y el júbilo nos empujen a crear
una economía a escala humana, una política al servicio de las personas y de sus
intereses. Que la convivencia entre diferentes culturas etnias y religiones, nos
empuje a recuperar una auténtica ciudadanía, para que reclamemos que las
necesidades se tornen en derechos exigibles y que, al mismo tiempo, se ponga
coto a los intereses de unos pocos.
Vallecas
es muy conocida por ser un puerto de llegada -vallekas puerto de mar- para
mucha gente, de muchos sitios. Así se ha ido tejiendo una sociedad plural,
multicultural y diversa. Pero estos valores no son suficientes si no
reconocemos que Vallecas Madrid Sur, ha de ser un lugar de acogida, un espacio
de bienvenida al diferente, abierto e intercultural.
Ojalá
nuestras plazas sigan siendo abiertas, proliferen los corros de vecinos en las
calles y en nuestras casas tengamos puertas de cortinilla y tragaluces de
esperanza y lucha compartida abiertos al futuro.
Por
eso, vecinas y vecinos vallecanos, rescatemos –palabra tan de moda, “aunque
algunos políticos la quieran desterrar” del diccionario- aquello que nos hizo
venir y sentirnos acogidos.
La
búsqueda de una vida digna, donde los parques no sean de quien comercia con el
espacio público, los conflictos se arreglen dialogando en torno a una mesa y no
policializando las calles y criminalizando la disidencia.
Aspiramos
a un barrio donde todos y todas podamos pasear sin necesidad de acreditar
nuestros antecedentes morales o mostrar mil veces nuestra documentación, sobre
todo si tenemos “otros” rasgos faciales. Queremos un barrio, donde los niños
correteen en medio de los mayores que ejercitan sus músculos en bicicletas
estáticas. Donde los jóvenes celebren sus fiestas en el parque sin importar su
procedencia o gusto musical. Donde las familias puedan seguir depositando su
confianza en una escuela “pública de todos y para todos”. Donde las distintas
religiones nos hagan descubrir la fe común en el ser humano y en su potencial
transformador, más allá de la atadura a dogmas y confesiones.
Convivir
no es sencillo, pero en tiempos de estrecheces económicas no tenemos más
remedio que estar unos más cerca de otros para colaborar solidariamente ante
las necesidades del vecino. Así, con las armas de la solidaridad y la buena
vecindad, apuntalaremos el maltrecho estado de bienestar y construiremos la sociedad
de la justicia social.
Ellos,
los que administran, gobiernan, mangonean, recortan, dilapidan y extorsionan no
son conscientes de nuestra fuerza, sobre todo cuando se basa en la convivencia
y en la fuerza irresistible que brota del arrimar el hombro a la causa del
vecino.
Por
eso, como en los pasos de baile, sobre la mesa del ajedrez, jugando con los
globos, compartiendo tapas o comiendo todos juntos, sembremos nuestras calles y
plazas de encuentro, fiesta, alegría achuchones y saludos para que Vallecas
Madrid-Sur siga siendo, en estos tiempos de incertidumbre y dificultad, un faro
de esperanza en nuestra sociedad.
Muchas Felicidades y que disfrutemos de estas fiestas.
Ole, ese pregonero. Que no llegue el fin del Estado Social. Pero si llega, que nos pille bailando. Para poder volver a empezar. Las veces que haga falta.
ResponderEliminarGracias. Todo un regalo y una apuesta por dar la cara en medio de la fiesta, valor innegociable.
ResponderEliminarErnesto