Lo que SOL significa ya es evidente. No hay cuestionamiento posible. Igual que el sepulcro vacío es para los creyentes el símbolo de la lucha, la experiencia de seguir dando vida, el grito unánime de la FE, la puerta del SOL será -siempre que pretendamos revitalizar aquello que ahí se vivió- el símbolo desde el que seguir reivindicando una vida social más honesta, una honradez política cierta y una organización del sistema que nos gobierna más preocupado en hacer justicia que en atesorar para aquellos que nadan en la abundancia.
Si lo contrario a la FE es el miedo hemos vivido que éste puede ser vencido si nos vinculamos desde la preocupación por los otros y por los otros más vulnerables.
Hacer de SOL un lugar de peregrinaje hubiera sido falsear aquellas marchas que nos alumbraron la necesidad de organizarnos para trabajar por una sociedad más justa.
En la plaza de SOL, como aquellas del sepulcro, siempre quedara el sudario de aquello que estando muerto hemos sido capaces de revitalizar. Sólo la unión con aquellos que buscan una sociedad solidaria, hará posible que lo vivido en la plaza de sol no se quede en un mito sino que sea una continua apuesta por trabajar por la solidaridad contra el miedo.
A mí también me recuerda al Monte Tabor. La sensación de no estar sola, de luchar codo a codpo, de exigir el respeto y la justicia que merecemos. Pero hay que seguir, desmontar la tienda y bajar a lo de todos los días.
ResponderEliminarEso sí, acampadas de esas son absolutamente necesarias y espero que siga habiéndolas de vez en cuando.
Saludos.