Como las mujeres del relato evangélico de hoy, según cuenta Juan, muchas veces nos quieren ocultar aquello que nos remite a la lucha, al compromiso, a
Sin embargo, en ese ocultamiento vuelve a resplandecer, más claro si cabe, el rostro de aquellos que han sido testigos de la Resurrección.
Como no se pudo ocultar el escándalo de una ejecución arbitraria e injusta como la cometida con
Ese grito sonoro, trascendente, pacífico de Dios invitando a todo ser humano “de buena voluntad” a seguir el camino. Y como los de Emaús, seguir en el camino con las brasas del compartir y la entrega siempre vivas.
Resucitar
Esta resurrección que experimentamos en tantos chavales que “salen” de las garras de la droga; en tantas madres que “dejan” atrás tanto sometimiento; en tantos niños y niñas que se “rebelan” contra un sistema educativo carcelario; en esos pequeños cuerpos que se meten bajo un camión y “saltan” a nuestras costas esperando comer y vivir; en tantos estudiantes, parados, vagabundos errantes que alzan la voz contra su ninguneo….
Esta mañana de domingo me siento como esas marías que llegaron al sepulcro y no encontraron el cuerpo de
Tenemos que ir continuamente al "sepulcro" para, desde ahí, salir a encontrarnos en la calle, donde se cuece la vida de los pequeños y de los pobres.
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